La economía circular en las empresas es un modelo y nuevo sistema económico, que busca la producción de bienes y servicios aprovechando al máximo los recursos y reduciendo el consumo de materias primas, agua o fuentes de energía y l a reducción de la huella de carbono. Gracias a este modelo, el ciclo de vida de un producto se incrementa, ya que terminaría por convertirse en materia prima.
Este arquetipo de economía circular ha supuesto para las empresas un nuevo concepto en el ciclo de vida útil de los productos. Con él, además de las fases de diseño, producción y consumo, se incluye la de reciclaje, de forma que puedan utilizarse como recurso para generar otros productos.
Con este sistema se consigue una producción alineada y respetuosa con el medio ambiente y un compromiso con la sostenibilidad que promueve un consumo y producción responsable, potenciando el máximo aprovechamiento de las materias primas. Este modelo busca que las empresas sigan creciendo, pero de una forma sostenible reduciendo su impacto negativo en el medio ambiente.
La economía circular en las empresas ha cobrado un especial protagonismo en los últimos años. La situación de crisis climática que vivimos actualmente ha obligado a grandes y pequeñas empresas a cambiar sus sistemas productivos y buscar modelos sostenibles. En esta línea, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico en su Estrategia Española de Economía Circular, ‘España Circular 2030’, sienta las bases para “impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, en la que se reduzcan al mínimo la generación de residuos y se aprovechen con el mayor alcance posible los que no se pueden evitar”.
Beneficios de la economía circular en las empresas
Los modelos de economía circular en las empresas suponen un completo cambio, no solo del sistema productivo, sino también del estratégico o logístico. El sistema de usar y tirar imperante hasta ahora, focalizado en una producción masiva, ha puesto de manifiesto la necesidad de buscar otros sistemas en los que se minimice el impacto ecológico producido, así como una mayor optimización de los recursos disponibles.
Con la economía circular se pretende reducir el consumo de recursos naturales, fomentando un desarrollo sostenible. Pero además de ello, es posible conseguir beneficios económicos. La fabricación de nuevos productos a partir de residuos o desechos incrementa la competitividad en el mercado. Esto supone un ahorro considerable en los gastos en materias primas ya que los recursos incrementan su vida útil gracias a su reutilización. Poner en práctica un modelo de economía circular también ayuda a mejorar la productividad, puesto que mejora la eficiencia en todas las fases de la actividad de la empresa reduciendo los tiempos y optimizando los procesos. Por otro lado, también puede potenciar la promoción de nuevas tecnologías que ayuden a optimizar la gestión de los recursos.
Muchas empresas, especialmente las grandes, invierten importantes sumas de dinero en la gestión de los residuos. Con los modelos de economía circular se consigue no sólo reducir estos costes, sino también conseguir una rentabilidad con ellos. Tal es así que incluso hay empresas o industrias que suelen vender sus propios residuos para que sean otras las que los utilicen como materias primas en sus cadenas de producción. Toda esta gestión de los recursos, a su vez, fomenta el desarrollo de economías bajas en carbono. Con la reducción de residuos se consiguen disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del cambio climático.
Cada vez son más las empresas que manifiestan su compromiso con el entorno y con el desarrollo sostenible sumándose a la firma del Pacto Mundial de las Naciones Unidas (ONU) que recoge los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), mejorando los procesos productivos para minimizar el impacto ambiental o formando a sus empleados para que consigan desarrollar su trabajo siguiendo una política de cuidado y protección del medioambiente. Manifestar el compromiso con el medioambiente y la sostenibilidad mejora la marca y proyección institucional de las empresas. Con ello se consigue además reforzar su posición en el mercado, fidelizando a su público y prospectando nuevos targets con una especial sensibilidad hacia el progreso sostenible y la ecología.
Primeros pasos para adaptar tu empresa a un modelo
Iniciar el tránsito a una economía circular puede pillar desprevenidos a muchos. Un cambio de modelo productivo no siempre es fácil. El primero de los puntos en los que centrarse es en el diseño de los productos para alargar su tiempo de uso y garantizar su reutilización al final de su vida útil. En este sentido, es necesario prestar especial atención y analizar la actividad de la empresa tomando como perspectiva los flujos tanto de materiales como de suministros energéticos. Tras este análisis las empresas conseguirán identificar cuáles son los flujos que ofrecen posibilidades de optimización en términos de sostenibilidad para definir los desafíos y oportunidades clave.
En segundo lugar, las empresas deberán analizar la posibilidad de agrupar dentro de un mismo espacio territorial los procesos de gestión de materiales y de fabricación. En tercer lugar, tendrán que estudiar la forma de aprovechar y reintroducir dentro de la cadena de producción los recursos considerados como residuos para que puedan ser aprovechados en nuevos procesos. Por último, es necesario el desarrollo de protocolos de reciclaje para conseguir una nueva oportunidad de uso. En caso de los productos no reciclables, es preciso analizar la posibilidad de utilizarlos para la generación de energía, cerrando de esta forma su ciclo de vida útil.
El World Business Council for Sustainble Development (WBCSD) identifica hasta cinco modelos de negocio e iniciativas que pueden llegar a desarrollar las empresas para implementar la economía circular en su actividad:
- Suministro circular: consiste en el uso de energía renovables e insumos totalmente reciclables o de base biológica.
- Recuperación de recursos: orientada a la recuperación de recursos útiles tanto de los materiales como de los subproductos o residuos.
- Extensión del ciclo de vida de productos: incrementa los ciclos de vida de los productos por medio de su separación, actualización u venta, así como con la innovación y el diseño del producto.
- Plataformas de intercambio: mediante las que se conectan a los usuarios del producto entre sí con la intención de fomentar el uso compartido, el acceso o la propiedad.
- Productos como un servicio: alejarse de la propiedad del producto y ofrecer a los clientes acceso pagado a éstos permite a las empresas conservar los beneficios de la productividad de los recursos circulares.
Por otro lado, el WBCSD apuesta también por la utilización de las tecnologías para conseguir implementar de la forma más eficientemente las políticas de economía circular en las empresas. Así, por ejemplo, gracias a las conexiones en red, el Big Data e incluso el blockchain se consigue monitorizar tanto la utilización de los recursos como la capacidad de desperdicio generada.
En resumen, poner en práctica nuevas estrategias para implementar la economía circular en empresas, no es algo que sólo tenga beneficios a nivel sostenible y ecológico, sino que puede ayudar de forma muy positiva a las empresas, tanto a nivel económico -al reducir los costes en los sistemas productivos-, como a nivel de proyección de marca y alcance de nuevos objetivos o públicos.