Compañías de todos los sectores se hallan inmersas en un proceso para que su actividad sea cada vez más sostenible, lo que implica la realización de actuaciones ambientales, sociales y de buen gobierno. Pero una empresa comprometida con la sostenibilidad no solo debe «actuar» como tal, sino también comunicarlo y demostrarlo a su entorno. Y no como mero ejercicio de autobombo o de justificación, sino porque al hacerlo amplía el alcance de sus actuaciones y ayuda, con su ejemplo y por efecto contagio, a extender en su ámbito de influencia una cultura de la sostenibilidad en sus diferentes dimensiones. En el terreno de los productos de consumo, una de las vías que tienen las empresas para comunicar estos compromisos es el etiquetado. Y en el más específico de los aspectos sociales de la sostenibilidad, lo pueden hacer a través del etiquetado social

 

¿Qué es la etiqueta social en el envasado? 

La etiqueta social en el envasado hace referencia a etiquetas o textos presentes en el producto que indican que el mismo ha sido realizado de acuerdo a unos determinados estándares éticos y sociales que responden a criterios considerados socialmente responsables. 

Mediante este tipo de etiquetas, las empresas transmiten el mensaje de que esos productos han sido elaborados de una manera respetuosa con los derechos humanos, en condiciones de trabajo justas y cuidando aspectos como el comercio justo, el apoyo a las comunidades locales o a los colectivos vulnerables. 

El etiquetado social es una interesante tendencia como herramienta de comunicación para poner en valor las buenas prácticas empresariales en materia de sostenibilidad. Un elemento que ayuda a transmitir valores, estándares éticos, criterios sociales y de transparencia en la producción y comercialización de los productos a lo largo de toda su cadena de valor. Valores y mensajes que resuenan en los clientes de las empresas y les ayudan a alinear intereses con ellos. 

Sin embargo, también se trata de un aspecto que actualmente no está suficientemente regulado, por lo que hay que extremar las precauciones respecto a las afirmaciones que se realizar por esta vía, ya que podrían inducir a prácticas como el greenwashing

 

Normativas internacionales sobre etiquetado social para productos envasados

El etiquetado social es, por tanto, una práctica de carácter voluntario y no regulado, ya que no existe legislación específica sobre etiquetado social. En España, una de las últimas normas sobre etiquetado, el Real Decreto 1055/2022, de 27 de diciembre, de envases y residuos de envases, sí incluye referencias expresas a determinadas prácticas en relación al etiquetado ambiental, como la prohibición de incluir en el envase expresiones como «respetuoso con el medio ambiente» o equivalentes que puedan inducir al abandono del envase en el entorno. Pero, en cambio, no hace ninguna mención a posibles referencias sociales en el etiquetado.

Este vacío normativo abre peligrosamente la puerta a posibles abusos por parte de las empresas, algunas de las cuales podrían intentar aprovechar esa ausencia de normas específicas sobre etiquetado social para practicar greenwashing social desde el etiquetado de sus productos. Es decir, para hacer afirmaciones en relación a las derivadas sociales de sus productos exageradas, irrelevantes o no ajustadas a la realidad. 

El lavado verde es precisamente una de las grandes preocupaciones de la Unión Europea y una cuestión que se ha propuesto erradicar a través de normas como la Directiva sobre el empoderamiento de los consumidores para la transición ecológica.

Entre las disposiciones de esta Directiva, figura es la prohibición de anunciar beneficios para los consumidores “que son irrelevantes y que no están directamente relacionados con ninguna característica de ese concreto producto o empresa y que podrían inducir a los consumidores a creer erróneamente que dicho producto o empresa es más beneficioso para los consumidores, el medio ambiente o la sociedad que otros productos o empresas comerciales del mismo tipo”. 

La Directiva también aclara que debe prohibirse la exhibición de distintivos de sostenibilidad que no se basen en un sistema de certificación o que no hayan sido establecidos por las autoridades públicas, mediante la inclusión de tales prácticas en la lista del anexo I de la Directiva 2005/29/CE.

 

Retos y oportunidades para las empresas en la implementación de etiquetas sociales

Las etiquetas sociales tienen carácter voluntario y no están regladas por ley, por lo que hay que manejarlas con prudencia y responsabilidad, ya que podrían prestarse a ser utilizadas por determinadas empresas como una herramienta de greenwashing. Por esta razón, sería interesante que las nuevas leyes de etiquetado regularan la dimensión social del mismo del mismo modo en que ya lo hacen ya con el ambiental. 

 

Cómo integrar la responsabilidad social en el diseño del envasado 

La responsabilidad social de las empresas es un elemento que ayuda a integrar las actividades empresariales en su entorno y les permite alinear sus legítimos objetivos económicos con el interés general y el bien común. Es posible integrar la responsabilidad social en el diseño del envasado a través de prácticas de ecodiseño como:

  • Materiales reciclados. Que faciliten su reutilización dentro de los parámetros de la economía circular. 
  • Colaboración con empresas y entidades locales. Adquiriendo los materiales de proveedores locales, fomentando el comercio justo o colaborando con administraciones locales y entidades sin ánimo de lucro en la realización de campañas de participación ciudadana vinculadas al reciclado. 
  • Etiquetado inclusivo. El diseño puede contribuir a que las personas con discapacidad puedan interaccionar mejor con el producto, mediante, por ejemplo, etiquetas especiales o códigos QR que permitan a personas ciegas acceder a información sobre el mismo. 
  • Transparencia. Las etiquetas pueden incluir información relevante acerca de dónde, cómo y por quién ha sido fabricado ese producto, unos datos que ayudan a los consumidores a tomar decisiones de compra informadas.

 

Impacto del envasado responsable en la reputación de las empresas

El envasado responsable es un factor que incide positivamente en la reputación empresarial, ya que comunica a de forma efectiva, de un solo vistazo y cada vez que el consumidor entra en contacto con ese producto que la compañía se atiene a unos determinados códigos en materia social. Las empresas que practican y comunican comportamientos sociales buscan generar confianza y fidelizar a sus consumidores. Sin embargo, hay que garantizar que esas afirmaciones de carácter social se ajustan a la realidad. 

 

Materiales sostenibles para envases: una elección con conciencia social

La elección de materiales sostenibles y reciclables para los envases es otra vía de la que disponen las empresas para demostrar su conciencia sostenible. La incorporación de un porcentaje de materiales reciclados es una cuestión que viene regulada por ley. El RD 1055/2022 se ha marcado como meta que los envases de PET contengan en el 2025 al menos un 25 % de plástico reciclado, y que los envases de plástico no compostables diferentes al PET lleven en 2025 al menos un 20 % de plástico reciclado.

Pero la introducción de materiales reciclados en los envases no responde únicamente a una exigencia normativa, sino que es también una forma efectiva de contribuir a disminuir la generación de residuos a través de la economía circular. De esta forma, materiales como plástico reciclable, papel y cartón o vidrio pueden dar una segunda vida a los envases. Se trata, por tanto, de una elección con conciencia social que se alinea con una creciente sensibilización por parte de los consumidores con las cuestiones ambientales. 

 

Certificaciones clave en etiquetas sociales y su relevancia para las empresas

Las certificaciones son otra forma de etiqueta social que permite garantizar que las empresas siguen unos comportamientos socialmente responsables en sus procesos productivos y de comercialización. Entre las más destacadas, cabe mencionar:

  • Comercio justo. Las certificaciones de Comercio Justo, como FairTrade garantizan que en la elaboración de cada producto se han cumplido los 10 principios del Comercio Justo, a través de la verificación de los estándares correspondientes de cada uno de esos principios. FairTrade España forma parte de FiarTrade Labelling Organizations International (FLO), una organización creada en 2005 y que establece los estándares de Comercio Justo para todos los productos que lleven su acreditación. Entre sus miembros se encuentran entidades como ECODES o Intermón Oxfam. 
  • B Corp. Esta certificación representa a un modelo de empresa sostenible y regenerativa. Las compañías que obtienen este sello se caracterizan por cumplir con altos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia pública y cumplimiento normativo. El movimiento B Corp nació en 2006 en Estados Unidos. A día de hoy cuenta ya con casi 5.000 empresas en todo el mundo, en 79 países y de 154 industrias, incluyendo a más de 30 empresas cotizando en bolsa.
  • Etiqueta Responsable. Este distintivo está destinado a empresas y organizaciones que acrediten gestión con valores en los ámbitos económico, social y ambiental. Esta iniciativa circunscrita al ámbito de Cataluña cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Catalunya.

 

Beneficios empresariales de la etiqueta social: desde clientes hasta inversores

Es importante insistir en que la etiqueta social no es una figura legislada de manera específica en Europa. Sin embargo, un etiquetado social convenientemente regulado podría aportar numerosos beneficios a las compañías, entre ellos: 

  • Fidelización de clientes. Que prefieren depositar su confianza en compañías que destacan por su alto compromiso social y secundan iniciativas alineadas con sus propios valores y preferencias. 
  • Diferenciación. Las etiquetas sociales son también una vía de diferenciación frente a otros productos de la competencia que, o bien, no tienen la misma conciencia social, o bien no le conceden la misma importancia y por esa razón no la exponen en sus envases. 
  • Atracción de inversores. En un contexto en el que los criterios ESG (Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo) han entrado de lleno en el mundo de las finanzas, los comportamientos socialmente responsables son un valor que despierta la atención de todo tipo de inversores.  

 

Casos de éxito: empresas que adoptaron prácticas de etiquetado social

Existen diferentes estrategias para comunicar el compromiso social a través del envasado, desde contar una pincelada de la historia de la compañía, hasta explicar la manera en la que son fabricados sus productos o los valores sociales que mueven a la compañía. 

Las exigencias legales en materia de etiquetado hacen que no quede mucho espacio en el envase para elementos que no sean información obligatoria o elementos relacionados con el marketing del producto. Por esta razón, las empresas recurren a formatos como sellos de pequeño tamaño, símbolos, eslóganes o etiquetas inteligentes que remiten, por medios tecnológicos, a ampliar información más allá del envase. 

Diferentes empresas han logrado diferenciarse desde el etiquetado con referencias a sus prácticas sostenibles. 

  • Tony Chocolany. La marca de chocolate incluye muchos de sus envases referencias a su propósito empresarial de luchar por erradicar la esclavitud infantil en la industria del cacao, como su “«Chocolate Love A-Fair»
  • McDonalds. El pasado Día Internacional de la Mujer, la empresa de alimentación presentó su sello «Hecho en Igualdad». Impreso en los envases de sus hamburguesas, este distintivo expresaba el compromiso de la compañía con la igualdad de género a lo largo de toda su cadena de valor. 
  • Ausonia. La marca de productos de higiene femenina y masculina lleva años realizando campañas de apoyo a la investigación para combatir el cáncer de mama en colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer. Una de ellas es la campaña 1 pack = 1 minuto, que refleja además en forma de etiqueta en sus envases y que tiene al lazo rosa, símbolo de la lucha contra esta enfermedad, como protagonista gráfico.
  • L’Oréal. La empresa de cosmética cuenta con un sistema de etiquetado social y medioambiental que facilita a los consumidores información acerca del impacto de sus productos desde el punto de vista de la sostenibilidad. Mediante un sistema de puntuación, el sistema informa a los consumidores de aspectos como las condiciones de fabricación, el envasado, la contribución social del producto o el apoyo a las comunidades vulnerables.
  • Patagonia. En 2020 y a las puertas de las elecciones norteamericanas, la conocida marca caracterizada por su compromiso medioambiental aprovechó las etiquetas para posicionarse políticamente contra las posturas negacionistas representadas por la administración de Donald Trump. En las etiquetas de sus prendas podía leerse el mensaje: «Vote the assholes out» («vota para sacar fuera a los gilipollas»), en un ejemplo poco convencional, pero indudablemente social, de las etiquetas.