La Organización de Naciones Unidas define el desarrollo sostenible como “el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. En el año 2015 se aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, en la que se recogen 17 Objetivos que incluyen, desde la eliminación de la pobreza hasta la lucha contra el cambio climático, la igualdad de la mujer o la defensa del medioambiente. Pero ¿Qué relación guarda con la gestión de residuos?
El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 12 está relacionado con la producción y el consumo sostenible. En él se destaca la necesidad de “desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental” así como de “aumentar la eficiencia de recursos y promover estilos de vida sostenibles”.
Una de las metas que recoge este ODS habla de la necesidad de reducir considerablemente la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización. También se marca como meta para el 2030 reducir a la mitad el desperdicio per cápita mundial en la venta al por menor y a nivel de los consumidores. Con ello se conseguirá reducir las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha.
En este ODS también se hace referencia a la necesidad de conseguir una gestión ecológica de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida. Estas acciones permitirán reducir la liberación de estos productos a la atmósfera, el agua y el suelo, minimizando así los efectos adversos, tanto en la salud de las personas como en el medioambiente.
Gestión residuos urbanos
El ODS número 11 -relacionado con las Ciudades y Comunidades Sostenibles- también hace referencia a la gestión de deshechos (meta 11.6). La rápida urbanización que se está produciendo a nivel mundial trae como consecuencia un número creciente de habitantes en barrios pobres, infraestructuras y servicios inadecuados. Entre estos servicios se incluye la recogida de residuos. Una deficiente gestión de los desechos empeora la contaminación del aire o el crecimiento urbano incontrolado.
Según los datos de las Naciones Unidas, desde el año 2016 el 90% de los habitantes respiraba aire que no cumplía las normas de seguridad marcadas por la Organización Mundial de la Salud. Esto provocó en total 4,2 millones de muertes relacionadas con la contaminación atmosférica. La ONU incide en que “más de la mitad de la población urbana mundial estuvo expuesta a niveles de contaminación del aire al menos 2,5 veces más altos que el estándar de seguridad”.
Los objetivos de desarrollo sostenible profundizan en la necesidad de cambiar el modelo de consumo para, o bien disminuir la generación de residuos o bien garantizar su correcta gestión. La implementación de planes para que garanticen una buena gestión de los residuos, la aplicación de los principios de la economía circular o la mejora en la eficacia de los servicios de la recogida y el tratamiento de los desechos son algunas de las estrategias que pueden llevarse a cabo para asegurar su correcto tratamiento.
Otra de las acciones está relacionada con la concienciación y sensibilización con el reciclaje para conseguir alcanzar los objetivos marcados a nivel internacional. En el caso de la UE, la previsión es que los Estados miembros deberían conseguir antes del 2035 que menos del 10% de los residuos sean depositados en vertederos.
En España, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica, el 53,4% de los residuos municipales fueron depositados en vertederos. De ellos el 35% se reciclaron y el 11,6% se revalorizaron energéticamente. Del total de residuos municipales, los envases domésticos ligeros representan el 8%. España es el tercer país de la UE que más ha aumentado su tasa de reciclaje de residuos domésticos hasta alcanzar el 51,5% según los datos de Eurostat.
Otros ODS
La gestión de los residuos está relacionada con otros de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Así, por ejemplo, el objetivo número 13, está relacionado con adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos. Según los datos de Naciones Unidas, las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) han aumentado casi un 50% desde 1990. La gestión de los residuos eficiente es necesaria para reducir la emisión de sustancias químicas al entorno, así como el calentamiento global.
Anualmente se recolectan una cantidad estimada de 11.200 millones de toneladas de residuos sólidos, siempre según los datos de la ONU. La desintegración de la proporción orgánica de estos residuos sólidos contribuye al 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por este motivo desde la ONU instan a potenciar el reciclaje en aquellos casos en los que no se pueda evitar el desecho. Así por ejemplo, destaca que “por cada tonelada de papel reciclado se pueden salvar 17 árboles””.
El ODS 14 también guarda relación con los residuos. Este objetivo busca “conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos”. Entre otras metas se detalla la importancia de prevenir y reducir significativamente la contaminación marina de todo tipo, en especial, aquella producida por actividades realizadas en tierra -incluidos los detritos marinos y la polución por nutrientes-.
Por último, en el objetivo 15 -relacionado con la vida de ecosistemas terrestres- también se pueden encontrar aspectos relacionados con los residuos. La meta número 5 de este ODS menciona la necesidad de adoptar medidas urgentes y significativas para reducir la degradación de los hábitats naturales, detener la pérdida de la diversidad biológica y, para 2020, proteger las especies amenazadas y evitar su extinción. La inadecuada gestión de los residuos está directamente relacionada con la pérdida de la biodiversidad. Es imprescindible garantizar su correcto tratamiento para proteger la biodiversidad y minimizar el impacto que tienen en el medioambiente.