En los últimos años, la dimensión sostenible de las compañías ha alcanzado nuevas facetas, cotas, alcance y ambición gracias a la sostenibilidad corporativa. Dentro de la evolución natural que experimenta el universo empresarial, una de las áreas que, probablemente junto con la tecnológica, mayor transformación ha experimentado en los últimos años ha sido la de la relación de las empresas con su entorno.
Del planteamiento un tanto paternalista que pudo verse de manera aislada en buena parte del siglo XX –principalmente orientado al ámbito social, siempre voluntario y no vinculado con las actividades de la empresa (caridad)–, con el cambio de milenio se fue pasando a un enfoque más sistematizado e integral reunido bajo el paraguas de la Responsabilidad Social Corporativa.
Definición de sostenibilidad corporativa y sus principios fundamentales
Según el Dow Jones Sustainability Index, uno de los índices de sostenibilidad empresarial más prestigiosos del mundo, «la sostenibilidad corporativa es un enfoque de negocio que persigue crear valor a largo plazo para los accionistas mediante el aprovechamiento de oportunidades y la gestión eficaz de los riesgos inherentes al desarrollo económico, medioambiental y social».
Por su parte, para el Pacto Mundial, la sostenibilidad corporativa o sostenibilidad empresarial «se aplica a los negocios para que, además de generar una rentabilidad financiera, creen valor ambiental, social y económico a medio y largo plazo, contribuyendo así al progreso y al bienestar de las comunidades donde operan y de las generaciones futuras».
La sostenibilidad corporativa como estrategia de éxito empresarial
Entre los motivos que llevan a las empresas a apostar por la sostenibilidad encontramos:
● Integración de la sostenibilidad en la estrategia empresarial. Alinear la estrategia de negocio con objetivos sociales, ambientales y económicos sostenibles facilita que todas las actuaciones de la empresa se alineen con las inquietudes sociales y el cumplimiento normativo, al tiempo que facilita una hoja de ruta clara para toda la organización.
● Creación de valor a largo plazo. La sostenibilidad corporativa permite generar valor para la empresa y sus diferentes stakeholders a través de prácticas sostenibles más allá de la cuenta de resultados del ejercicio en curso.
● Reducción de riesgos. Ligar las cuestiones sostenibles a la estrategia empresarial permite mitigar los riesgos y ser más resiliente frente a fenómenos climáticos extremos, cambios normativos y tecnológicos, conflictos geopolíticos o escasez de recursos y/o materias primas.
● Mejora de la reputación corporativa. En un contexto social en el que la sostenibilidad se ha convertido en un valor que condiciona las decisiones de consumo de cada vez más personas, el compromiso sostenible permite fortalecer la imagen de la empresa como una organización responsable y comprometida.
● Atracción y retención de talento. La sostenibilidad también es un valor diferencial de cara a atraer y fidelizar a empleados que valoran positivamente la posibilidad de trabajar en empresas sostenibles y con valores compatibles con los suyos.
● Fidelización de clientes. De igual forma, un compromiso empresarial con la sostenibilidad claro y transferible a comportamientos observables y constatables facilita satisfacer a una creciente tipología de clientes que demandan productos y servicios sostenibles.
● Acceso a nuevos mercados. Cumplir con normativas ambientales internacionales y los requisitos de unos clientes sostenibles globales supone una ventaja competitiva que facilita el acceso a nuevos mercados.
● Innovación y ventaja competitiva. Apostar por la sostenibilidad implica hacerlo también por la innovación, lo que siempre revierte en beneficios a medio / largo plazo para la empresa. Y es que la sostenibilidad es un compromiso que obliga desarrollar productos y servicios innovadores que respondan a las necesidades de un mundo sostenible, tecnológico y exigente en términos de calidad y prestaciones.
Ejemplos de empresas líderes en sostenibilidad corporativa
Afortunadamente, abundan los ejemplos de compañías que han integrado con éxito estrategias de sostenibilidad corporativa en sus procesos y su operativa diaria. Estos son solo unos de ellos:
● Carrefour. Dentro de su estrategia general de sostenibilidad corporativa, Carrefour ha desarrollado una serie de políticas de bienestar animal en su cadena de suministro que se plasma en cinco libertades fundamentales: libertad fisiológica, libertad ambiental, libertad sanitaria, libertad de comportamiento y libertad psicológica.
● 3M. La estrategia de sostenibilidad de 3M desarrolla acciones y objetivos concretos para tres áreas de actuación, aquellas en las que la empresa estima que tiene más impacto: Science for Circular, Science for Climate y Science for Community.
● IKEA. La compañía sueca de muebles tiene como objetivo contribuir a combatir el cambio climático, promover el consumo sostenible y luchar contra la desigualdad. Lo hace a través de tres áreas de interés: vida sana y sostenible, enfoque circular e impacto positivo en el clima y sociedad justa e igualitaria.
Claves para implementar una estrategia de sostenibilidad corporativa exitosa
Las ventajas de seguir una estrategia sostenible están claras. Pero, ¿cómo integrarlas en la compañía? Estas son algunas de las claves que están detrás de cualquier implementación exitosa.
● Compromiso de la alta dirección. El liderazgo de la empresa debe estar convencido de la importancia de la sostenibilidad y comprometerse a su implementación.
● Análisis del impacto ambiental y social. Evaluar el impacto actual de la organización en el medio ambiente y la sociedad es el punto de partida de cualquier ambición sostenible corporativa. La empresa necesita saber en qué punto se encuentra antes de emprender cualquier acción en este ámbito. Indicadores como el cálculo de la huella de carbono pueden ser de gran ayuda para fijar esa referencia.
● Establecimiento de objetivos de sostenibilidad. Una vez sabemos desde dónde partimos, es hora de trazar el rumbo hacia el que la empresa quiere dirigir sus esfuerzos de sostenibilidad. Hay que definir objetivos concretos, medibles y alcanzables para la mejora del desempeño ambiental y social. Una labor en la que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas pueden ser una guía inspiradora. Pero también las distintas normativas vinculadas a las cuestiones sostenibles, que marcan objetivos obligatorios muy concretos, por ejemplo, en materia de reducción de envases.
● Integración en la cultura empresarial. Más allá de la importancia de trazar unos objetivos y diseñar y ejecutar una serie de acciones dirigidas a su consecución, el éxito de cualquier política corporativa de orientación social o ambiental radica en incorporar la sostenibilidad en la cultura y valores de la empresa. Esta es la mejor manera de lograr que la sostenibilidad forme parte de manera natural y desde su misma concepción de todas y cada de las actuaciones de la compañía y de las personas que forman parte de ella.
● Comunicación y transparencia. Es fundamental informar de manera activa y regular a los diferentes stakeholders sobre las iniciativas de sostenibilidad de la empresa. Pero no únicamente como mera estrategia de marketing destinada a mejorar la imagen de la compañía, sino que visibilizar esos esfuerzos aporta transparencia a los mercados, protege a los consumidores y resulta esencial para alinear a los diferentes grupos de interés alrededor de los objetivos empresariales de sostenibilidad.
● Colaboración con stakeholders. En esa labor de implicar a los grupos de interés, colaborar con proveedores, clientes, comunidades y organizaciones de la sociedad civil será esencial para avanzar en los objetivos de sostenibilidad.
● Medición y seguimiento. Finalmente, es importante monitorear el progreso hacia los objetivos sociales y ambientales para saber si se están cumpliendo las previsiones y realizar ajustes en la estrategia cuando sea necesario.
Oportunidades y desafíos de la sostenibilidad corporativa.
¿Cuáles son las principales oportunidades y los desafíos que presenta la sostenibilidad corporativa? Podrían resumirse en los siguientes:
Oportunidades
● Crecimiento del mercado de productos y servicios sostenibles. La demanda de productos y servicios que se ajusten a parámetros sostenibles (o bien que sean fabricados por empresas que se adhieran a dichos parámetros) no deja de crecer. Según el informe CEO Sustainability Guide, realizado por la consultora Bain & Company, los consumidores están dispuestos a pagar un 12% más por adquirir productos sostenibles y hasta un 64% de ellos muestra una «gran preocupación» por la sostenibilidad.
● Desarrollo de nuevas tecnologías. El imparable avance de las nuevas tecnologías facilita la integración de las cuestiones sostenibles en la operativa de la empresa. Por ejemplo, gracias al establecimiento de modelos predictivos elaborados con IA sobre eficiencia energética o gestión sostenible de residuos.
● Aumento de la demanda de inversión responsable. El incremento del interés de los consumidores por la producción sostenible tiene una correlación con el creciente interés de los inversores por las inversiones ESG y socialmente responsables. Se estima que la inversión en este tipo de activos podría superar en 2025 los 53 billones de dólares.
Desafíos
● Costes iniciales de implementación. El coste de, por ejemplo, integrar un Sistema de Gestión Ambiental (SGI) o los asociados a la gestión de residuos a través de un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) son algunos de los costes que encuentran las compañías en su periplo sostenible a la hora de cumplir con sus obligaciones legales y responsabilizarse de la correcta gestión de sus residuos.
● Necesidad de cambio cultural en la empresa. Aunque la sostenibilidad ya lleva unos años plenamente incorporada en las agendas empresariales, a algunas todavía les falta dar el paso definitivo hacia su plena asimilación: el factor cultural. Y es que más allá de procesos, objetivos y mensajes de orientación verde, si la sostenibilidad no forma parte de la cultura empresarial e impregna sus valores, misión, visión y propósito, tiene pocas opciones de abrirse paso en una organización.
● Falta de conocimiento y expertise en sostenibilidad. La sostenibilidad corporativa es un campo relativamente nuevo, muy extenso, que no deja de evolucionar, con un alto componente tecnológico en sus soluciones y regulado por una normativa exigente y cambiante. Este retrato hace imprescindible que las empresas cuenten con personal capacitado para entender sus múltiples dimensiones e incorporarlas efectivamente a las dinámicas empresariales.
El futuro de la sostenibilidad corporativa.
Tendencias en el desarrollo de la sostenibilidad corporativa:
● Economía circular. Está en la base de la gestión sostenible de recursos y se apoya en sistema productivo que, frente al modelo lineal de extraer producir, consumir y tirar, aboga por uno más sostenible en términos de reducir, reutilizar y reciclar.
● Capitalismo de stakeholders. Este modelo trasciende las viejas teorías económicas que defienden que la única responsabilidad social que tiene la empresa es la de aportar beneficios a sus inversores. Según la visión del capitalismo de stakeholders, una compañía tiene la responsabilidad de responder ante un conjunto más amplio de grupos de interés que también se ven afectados por sus actuaciones.
● Reporte integrado. Se trata de un marco de principios que conecta la información corporativa financiera con la de sostenibilidad y tiende puentes que ayudan a explicar los diferentes capitales (financiero, social, ambiental, etc.) que intervienen en la creación de valor de una empresa.
● Gobernanza ambiental, social y corporativa (ESG). Son los nuevos factores diferenciales que tienen en cuenta los inversores a la hora de decidir si invierten o no en una determinada empresa.
● Papel de la tecnología en la optimización de la sostenibilidad empresarial. Tecnologías como el big data, la inteligencia artificial o el blockchain multiplican exponencialmente las posibilidades de las empresas para dar un enfoque sostenible a sus actuaciones con todo tipo de soluciones que las hacen más eficientes y reducen su huella ambiental.
● Importancia de las políticas públicas y la cooperación internacional para fomentar la adopción de prácticas de sostenibilidad corporativa. Finalmente, el apoyo de las políticas públicas y las alianzas empresariales favorece la adopción de estrategias de sostenibilidad corporativa gracias al intercambio de mejores prácticas y la puesta en marcha de estudios y otros proyectos conjuntos. Ejemplo es ello son iniciativas como Economía Circular en Acción o el Club Excelencia en Sostenibilidad.
Conclusión
La sostenibilidad corporativa se revela como un elemento crucial no solo en la lucha contra el cambio climático, sino para la competitividad empresarial. Su integración efectiva en la estrategia tiene efectos beneficiosos en la reputación, la adaptabilidad, la optimización de coste y la capacidad de innovación de cualquier compañía, además de proporcionarle seguridad normativa frente a eventuales sanciones por incumplimiento de las leyes ambientales o sociales.