Llega la gestión inteligente de residuos

Los seres humanos producimos más de 2,2 billones de toneladas de residuos sólidos urbanos cada año, una cantidad que podría llegar hasta los 3,8 en 2050. Se trata de una cifra lo bastante elocuente para que sea innecesario justificar aquí por qué resulta crucial reducir y gestionar adecuadamente esos desperdicios. En esa labor, la llamada gestión inteligente de residuos puede marcar la diferencia.

 

¿A qué llamamos gestión inteligente de residuos?

El concepto de gestión inteligente de residuos se podría definir como «la aplicación de sistemas avanzados y desarrollos tecnológicos a la recogida, el tratamiento y la disposición de residuos en los entornos urbanos». Supone la aplicación de tecnologías exponenciales o la analítica de datos a esta labor crucial para el mantenimiento del equilibrio ambiental. Y es que, en un contexto de altos niveles de contaminación, tanto atmosférica como de los ecosistemas terrestres y marinos, aplicar este tipo de enfoques a la gestión de los residuos es vital para reducir la huella ambiental de estos desechos.

 

Impactos negativos de la gestión inadecuada de residuos

 

Una gestión inadecuada o insuficiente de los residuos acarrea graves perjuicios al entorno, tanto en las grandes ciudades, principales generadoras de estos desechos, como en emplazamientos con alta concentración industrial o cercanos a vertederos. La biodiversidad marina y terrestre y hasta la salud humana pueden verse gravemente afectadas a causa de la inacción o la incompetencia de gestión en materia de residuos.

 

Todo ello hace patente la necesidad de implementar sistemas de gestión inteligente de residuos como vía para reducirlos y neutralizar sus efectos negativos sobre el medio ambiente, además de ayudar a impulsar prácticas sostenibles con el reciclaje o la reutilización.

 

Principios clave de la gestión inteligente de residuos

 

Jerarquía de gestión de residuos. La jerarquía de residuos establece un orden de mayor a menor de aquellas acciones que más pueden contribuir a la protección del medioambiente y al impulso de la economía circular. Esta jerarquía viene marcada por las siguientes operaciones: prevención/minimización, reutilización, reciclado, recuperación y eliminación.

 

El concepto de jerarquía ha sido incorporado a la legislación sobre residuos. Así, todo el artículo 8 Ley 7/2022, de 8 de abril, de Residuos y Suelos Contaminados para una economía circular recoge y desarrolla ampliamente este concepto.

 

Economía Circular. La economía circular es el modelo económico que traza la línea a seguir para una gestión inteligente de residuos. Su objetivo principal es «reducir todo lo posible la generación de residuos y aprovechar al máximo aquellos cuya generación no se pueda evitar».

 

Big Data y análisis de datos. Gestionar grandes números de cualquier entidad es una labor muy compleja que en los últimos años ha encontrado un poderoso aliado en las nuevas técnicas de procesamiento digital y análisis de datos. En el caso de los residuos, el big data y la analítica de datos no solo ofrecen mucha más información acerca de su generación o naturaleza, sino también del comportamiento ciudadano en relación los mismos y otras cuestiones aparejadas.

 

Tecnologías inteligentes. La suma de la gestión de esos datos y el uso de tecnologías exponenciales como la inteligencia artificial (IA) o el Internet de las Cosas (IoT) permite llevar la gestión inteligente de residuos hasta otro nivel. Gracias a estos desarrollos, los gestores pueden seguir la trazabilidad de esos desechos, anticipar escenarios y posibles incidencias en su tratamiento o testar mejoras en el sistema, entre otras ventajas.

 

Participación ciudadana. El tratamiento de residuos es una labor colectiva en la que los distintos actores de la cadena de valor productiva desempeñan un papel. El de los ciudadanos es particularmente importante. Consiste en activar y facilitar la recogida selectiva de la basura que generan en sus hogares gracias a su separación y depósito en los contenedores adecuados. Una acción voluntaria que solo es posible desde el compromiso ciudadano y su participación activa en el sistema de recogida y reciclaje.

 

Estrategias para implementar una gestión inteligente de residuos

 

Evaluación y diagnóstico. Antes de pensar en establecer un sistema de gestión inteligente de residuos hay que saber cuál es el punto desde el que se parte. Este análisis incluye operaciones como determinar la cantidad de residuos que se generan, su tipología, los procesos que conducen a su generación y los sistemas existentes para gestionarlos.

 

Establecimiento de objetivos. Una vez establecido el punto de partida, la empresa debe marcarse una serie de objetivos de minoración/tratamiento/reciclaje/disposición. Estos deben ser alcanzables, pero, al mismo tiempo, lo suficientemente ambiciosos como para generar un impacto significativo en la huella ambiental de la organización y marcar diferencias respecto al sistema anterior.

 

Diseño de un plan estratégico. El siguiente paso consiste en diseñar un plan de actuación que permita alcanzar los objetivos propuestos y que se alinee con los planes estratégicos de la compañía. Este deberá incluir un listado de acciones a desarrollar, presupuestos asociados a las mismas, previsión de los recursos humanos y tecnológicos necesarios para implementar el plan y un calendario de ejecución.

 

Implementación de tecnologías inteligentes. La adquisición e instalación de la tecnología necesaria para llevar a cabo el plan es una de las fases más delicadas del proceso. Incluye la capacitación del personal para el manejo de los desarrollos y las nuevas soluciones de gestión inteligente de residuos.

 

Comunicación y sensibilización. Es fundamental que los esfuerzos que realiza la organización en materia de gestión inteligente de residuos se conozcan por parte de los distintos grupos de interés que tienen relación con la compañía. Este espectro abarca a los propios empleados encargados de implementar el plan de gestión de residuos, hasta proveedores, administraciones, reguladores, competidores y la ciudadanía en general.

 

Monitoreo y evaluación. Finalmente, el plan debe ser monitorizado y evaluado, tanto a lo largo de sus distintas fases de implementación como al final del proceso, de cara a reforzar actuaciones o introducir cambios y mejoras en caso de detectarse deficiencias en el mismo.

 

Ejemplos de ciudades líderes en gestión inteligente de residuos

 

Vitoria-Gasteiz (España). El ayuntamiento de Vitoria cuenta con contenedores de residuos orgánicos, papel y envases ligeros que informan mediante GPS de su ubicación, peso y última fecha de recogida. Además, la flota de vehículos de limpieza y recogida de los desperdicios también dispone GPS y está equipada con un programa que permite visualizar la posición de cada vehículo.

 

Oxford (Reino Unido). Pionera en la gestión inteligente de residuos, el ayuntamiento de la ciudad inglesa inició en 2012 un plan para modernizar las papeleras de los parques públicos. Sus contenedores funcionan con energía solar e incorporan un sistema que envía un email a los funcionarios del ayuntamiento cuando están cerca de llenarse.

 

Singapur. El 92% de los residuos generados en esta ciudad-Estado se incineran, y la energía generada en el proceso es utilizada para producir electricidad. En concreto, las cuatro plantas de incineración de residuos proporcionan el 3% de las necesidades eléctricas de la isla.

 

San Francisco (Estados Unidos). Una política pública integral de gestión de residuos ha logrado convertir el 80% de los desechos de la ciudad californiana en compost. La icónica urbe está cerca de su objetivo de convertirse en el primer ejemplo del mundo de gestión residual sin vertederos a cielo abierto.

 

Beneficios de la gestión inteligente de residuos

 

Reducción del impacto ambiental. Las soluciones tecnológicas aplicadas a los residuos disminuyen el impacto ambiental de estos y mejorar sensiblemente los desempeños de las empresas en esta materia.

Protección de la salud pública. Una gestión adecuada de los desperdicios protege a los trabajadores de las empresas y a la ciudadanía en general de posibles efectos perniciosos en su salud provocados por vertidos tóxicos, inhalación de gases, bacterias y otros peligros inherentes a los residuos.

Ahorro de costes. Las soluciones tecnológicas aplicadas a la recogida, tratamiento y reciclaje de residuos optimizan estos procesos y reducen los costes operativos de las compañías. También les sirven para evitar multas por incumplimientos de la normativa ambiental en materia de residuos. Normas como la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular contemplan severas sanciones que pueden llegar hasta los 3,5 millones de euros para las infracciones muy graves.

Creación de empleo. La creación de empleo asociado a las nuevas instalaciones y sistemas de gestión de residuos es otra de las ventajas de aplicar la tecnología a estos procesos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que en 2030 podrían crearse hasta 24 millones de empleos asociados a la economía verde.

Contribución a la sostenibilidad. La gestión inteligente de los residuos supone comenzar a trabajar en el futuro de la dimensión sostenible de la empresa desde su presente. Y es que, gracias a estos sistemas, los beneficios ambientales y operativos para la empresa serán evidentes en el medio/largo plazo, pero visibles ya en el corto,

 

Oportunidades y desafíos de la gestión inteligente de residuos

 

Oportunidades

 

Gestionar de forma inteligente los residuos abre la puerta hacia un avance sin precedentes de la innovación en materia de sostenibilidad. Una oportunidad para desarrollar nuevos materiales, sistemas de transformación y procedimientos de gestión asociados a los residuos.

 

Desafíos

 

Por lo que se refiere a los desafíos, los costes de instalaciones como plantas de reciclaje, la necesidad de acompañar los desarrollos tecnológicos con una creciente concienciación social hacia los sistemas de recogida separada o una legislación sobre la materia amplia, compleja y en continua renovación son las principales dificultades que pueden ralentizar el proceso.

 

El futuro de la gestión inteligente de residuos

 

Las nuevas tendencias en el desarrollo de la gestión inteligente de residuos están íntimamente ligadas al desarrollo tecnológico que da origen a esta modalidad. Y es que el papel de la tecnología en la optimización de la gestión de residuos es protagonista. Así lo pone de manifiesto la vertiginosa velocidad de los cambios en parcelas como la IA, el Internet de las Cosas, los sensores inteligentes o la robótica, y sus aplicaciones en la separación de materiales en los procesos de reciclaje, la trazabilidad de los residuos o la eficiencia de los procesos.

 

Importancia de las políticas públicas y la cooperación internacional

 

Un problema global como es el de la acumulación de residuos requiere soluciones conjuntas y a gran escala que solo pueden germinar desde la cooperación internacional. Iniciativas como la propuesta de la ONU para reducir el uso del plástico, o, a nivel país, los SRCAP de colaboración público-privada para el tratamiento de residuos son ejemplo de ese trabajo colaborativo.

 

Conclusión

 

La gestión inteligente de residuos supone potenciar los últimos desarrollos tecnológicos con los sistemas más avanzados de gestión gracias a los esfuerzos combinados de empresas, administraciones, consumidores y otros organismos. Todo ello con el objetivo de ayudar a reducir el impacto que el resultado de las actividades humanas deja en el planeta en forma de residuos contaminantes y nocivos para los ecosistemas. Se trata de un impulso desde la tecnología para hacer de nuestro hogar un lugar más habitable y sostenible.

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