A medida que la población mundial crece (en noviembre de 2022 alcanzó los 8.000 millones de personas y se calcula que podría llegar a los 9.000 millones en 2050) y, al mismo tiempo, ganan en complejidad las actividades económicas humanas, se incrementa la cantidad de residuos que se generan en el planeta. Según un informe del Banco Mundial, de continuar por esta senda, en 2050 los desechos sólidos podrían ser un 70% mayores en relación a los niveles de 2018. Estas previsiones representan un enorme problema en términos medioambientales y explican por qué la gestión de residuos y sus costes asociados se han convertido en uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la humanidad.
Significado y relevancia económica de la gestión de residuos
La gestión de residuos ha evolucionado enormemente en las últimas décadas. En España, la ley 11/1997, de envases y residuos de envases propició en 1996 el nacimiento de Ecoembes como la entidad encargada de gestionar el SIG (Sistema Integrado de Gestión de Residuos) de envases ligeros domésticos. En el cuarto de siglo largo transcurrido desde entonces, la gestión de residuos no ha dejado de evolucionar, al tiempo que se han incrementado los costes asociados a la misma.
Estos costes de la gestión de residuos se refieren a las distintas operaciones relacionadas con la recogida, transporte, separación, tratamiento y reciclaje de los residuos, así como a acciones de concienciación ciudadana. Costes directos e indirectos que es necesario gestionar adecuadamente para asegurar que sostenibilidad ambiental y viabilidad económica convivan en equilibrio.
Legislación que afecta los costes de gestión de residuos
En España diversas normas regulan la gestión de residuos. De ellas, la que más directamente afecta a los costes asociados a la misma es la ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular.
Esta norma no solo establece una jerarquía de residuos y su prevención (reutilización, reciclaje, valorización y eliminación), siguiendo para ello la doctrina europea marcada en la directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de noviembre de 2008 sobre los
residuos, sino que establece una serie de objetivos de reducción de los mismos de obligado cumplimiento para las empresas.
La norma también desarrolla y extiende el concepto de Responsabilidad Ampliada del Productor. Este término, acuñado en 1990 por el sueco Thomas Lindhqvist, traduce a políticas y medidas concretas el concepto europeo de «quien contamina paga», trasladando a las empresas la responsabilidad de sufragar los costes de la gestión de los residuos que ellas mismas generan al fabricar y poner productos en el mercado.
Por último, en su Título VII, la citada ley también establece una serie de impuestos con los que se grava a determinadas actividades especialmente contaminantes en relación a los residuos. En concreto, el impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables y el impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos.
Instrumentos económicos de los costes de gestión de residuos
Los costes de gestión de residuos son sufragados a través de una serie de instrumentos especialmente diseñados para ello.
Así, los ciudadanos pagan una tasa o impuesto local a su ayuntamiento con el que se cubren los gastos derivados de la recogida y gestión de los residuos generados por la población. El pago de este impuesto corresponde al propietario de la vivienda. Las empresas también contribuyen de manera significativa a financiar los costes de la gestión de los residuos que ellas mismas generan a través de su actividad. Lo hacen principalmente por medio de los llamados Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SRAP), figura que supone la evolución de los Sistemas Integrados de Gestión de Residuos (SIG).
Estructura de costes en la gestión de residuos
En el caso concreto de los residuos de envases, su SCRAP está gestionado por Ecoembes y se financia a través de una tarifa llamada Punto Verde, que es pagada por las empresas envasadoras de manera equitativa y proporcional en función de la cantidad y tipo de envases que ponen en el mercado. Las aportaciones al Punto Verde sostienen alrededor del 90% de los costes totales derivados de la gestión de residuos, mientras que el 10% restante procede de la venta a empresas recicladoras del material recuperado durante el proceso de separación.
La legislación establece que tanto Ecoembes como el resto de organizaciones gestoras de los distintos SCRAP existentes sean entidades sin ánimo de lucro, por lo que todo lo recaudado se reinvierte directamente en la gestión de residuos. En caso de que se obtengan excedentes económicos, son reutilizados para sufragar gastos del ejercicio siguiente.
Desglose de costes en la cadena de gestión
En 2022 Ecoembes destinó 705 millones de euros a la gestión de residuos ligeros domésticos (de plástico, metal y brik) y de papel-cartón. Desglosada esta cantidad en partidas, aproximadamente el 60% de la misma estuvo dedicada a cubrir los costes de selección y tratamiento, el
33% a costes de recogida, el 5% corresponde a costes de estructura y el 2% restante a costes de sensibilización.
Factores que influyen en los costes asociados
Diversos factores influyen en los costes de la gestión de residuos, factores que pueden hacerlos oscilar de un ejercicio a otro. La cada vez mayor concienciación ciudadana en materia de sostenibilidad, por ejemplo, hace que las cifras de envases que la población deposita en los contenedores azules y amarillos sean cada vez mayores, lo que incrementa los costes asociados a su gestión y reciclaje. Así, en 2022 en España se reciclaron más de 1,6 millones de toneladas de envases domésticos de plástico, metal, briks y papel y cartón, lo que supone un incremento del 3,6%
con respecto al año anterior.
Otro de los factores que influye en el cálculo de los costes de gestión de residuos es el precio que alcanzan los materiales recuperados durante el proceso de reciclaje en el mercado. Los recientes episodios de crisis de abastecimiento o de encarecimiento de los combustibles y la energía, por ejemplo, han provocado un incremento en los precios de estos materiales recuperados. Una evolución alcista que permitió que Ecoembes acordara en junio de 2022 una bajada media de las tarifas de Punto Verde de aplicación en 2023, de un 9,4% en el conjunto de los materiales
También los avances tecnológicos y la innovación permiten reducir los costes de la gestión de residuos a largo plazo, si bien, en un primer momento, puedan resultar más gravosos debido a la inversión inicial necesaria para ponerlos en marcha. En ese sentido, Ecoembes pone al servicio de administraciones, ciudadanía y empresas una gran cantidad de recursos para ayudarles a lograr unos servicios de recogida y separación de residuos cada vez más eficientes, colaborativos y optimizados a través de economías de escala.
Financiación y responsabilidades financieras
La financiación es un factor clave en la gestión de residuos, ya que es el elemento que sostiene el sistema y permite que la normativa se cumpla. En Europa, el modelo que rige se deriva del principio comunitario de “quien contamina paga”, un sistema solidario por medio del cual son las empresas responsables de generar residuos a través de su actividad y de los productos que ponen en el mercado las que deben asumir los costes derivados de su gestión.
Modelos de financiación para la gestión de residuos
Existen diferentes modelos de financiación de la gestión de residuos. Los más comunes son los sistemas de tarifas y tasas y los sistemas de responsabilidad ampliada.
Los primeros son los impuestos que pagan ciudadanos y empresas a las administraciones por la recogida, transporte y tratamiento de basura y residuos. Al respecto, cabe destacar los nuevos impuestos ambientales introducidos por la ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular: el impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables y el impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos.
En cuanto a los segundos, hacen referencia a los ya mencionados Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SRAP). Según este modelo solidario de financiación, cada empresa aporta al sistema en función del número y tipo de residuos que genera.
Economía circular y eficiencia de costes
La economía circular es, sin duda, un aliado fundamental para la gestión de residuos, además de una eficaz estrategia para optimizarla y reducir los costes asociados. Al respecto, las llamadas 7 erares: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar, permiten alargar la vida útil de los productos y reducir así la cantidad de residuos generados.
Impacto económico de la gestión de residuos
La gestión de residuos sólidos urbanos tiene un impacto significativo en la economía, que se traduce en distintos aspectos:
- Costes de gestión. Según datos del Observatorio Sectorial DBK, el coste anual del tratamiento de residuos en España se sitúa alrededor de los 3.750 millones de euros.
- Generación de empleo. El paulatino desarrollo y profesionalización que la gestión de residuos está adquiriendo en España está abriendo numerosas oportunidades laborales. En un informe de 2023, el SEPE sitúa a la recogida, tratamiento y eliminación de residuos como una de las actividades que crearán más empleos en el futuro más cercano.
- Reciclaje y economía circular. La gestión de residuos con un enfoque circular permite reducir costes y generar nuevos ingresos.
- Infraestructura y operación. Son las partidas que mayores inversiones públicas necesitan. Estas abarcan una multiplicidad de aspectos como la actualización de las instalaciones de tratamiento y disposición, el desarrollo de plantas de reciclaje o la innovación tanto tecnológica como metodológica en la gestión de residuos.
Retos y barreras económicas
Las principales barreras económicas que lastran el despegue de la gestión de residuos tienen que ver, precisamente, con las fuertes inversiones iniciales que implican partidas como las infraestructuras o la tecnología. En ese sentido, inyecciones económicas como las procedentes de los Fondos Europeos NextGenerationEU pueden suponer un impulso fundamental para dicho despegue. Otros factores económicos desestabilizadores son la volatilidad de los precios de las materias primas y de los materiales reciclados, así como de la demanda de estos.
En cuanto a los desafíos, la falta de suficientes infraestructuras, concienciación ciudadana o voluntad política son algunas de las áreas que todavía tienen margen de mejora para que la gestión de residuos alcance niveles excelentes en España.
Perspectivas de futuro de los costes de gestión de residuos
El incremento de la población, así como su cada vez mayor nivel de concienciación ambiental, hacen presagiar un fuerte incremento de las actividades económicas asociadas a la gestión de residuos en los próximos años y, consecuentemente, también de sus costes. Para contenerlos será imprescindible que todos los agentes implicados sigan colaborando estrechamente y apostando por modelos basados en la eficiencia y la economía circular.