En los últimos años se han dado numerosas normativas legislativas relacionadas con el mundo de los envases, especialmente en lo referente a los alimentos. La normativa de envasado de alimentos, tanto a nivel europeo como nacional, está siendo revisada bajo parámetros que, además de insistir en la seguridad alimentaria e higiene alimentaria como elemento fundamental para que los envases cumplan la función para la que fueron diseñados en primera instancia, incorporan muchos de los requisitos marcados por los nuevos códigos de la economía circular.
En esencia, las principales novedades en cuanto a normativa de envasado de productos alimenticios inciden en la idea de que los envases, además de aportar valor durante toda la vida útil del producto que contienen, también deben hacerlo después. La progresiva reducción de residuos contaminantes derivados de los envases y de su consiguiente huella ambiental o las distintas posibilidades de reciclaje o reutilización centran buena parte de estas nuevas disposiciones legales.
La sostenibilidad está muy presente en las más recientes actualizaciones de normativa de envasado de alimentos. Sin embargo, siendo esta importante, fabricantes, consumidores y otros agentes subrayan la necesidad de que esta variable no interfiera con la protección de otros elementos esenciales que también aportan gran valor a los mismos. Y es que, recuerdan, además de ser respetuosos con el medio ambiente, los envases también deben garantizar la protección y la seguridad alimenticia y jugar un papel muy relevante a la hora evitar el desperdicio alimentario.
Europa marca el rumbo de la normativa de envasado de alimentos
La Unión Europea, a través de distintas iniciativas de carácter legislativo, marca el rumbo a los estados miembros en cuanto a normativa de envasado de alimentos. De esta manera, la UE reafirma su liderazgo en materia de sostenibilidad y su alineamiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y la Agenda 2030 para alcanzar una economía neutra en carbono.
El Plan de Acción de Economía Circular de la UE –que se engloba dentro del Pacto Verde Europeo– se presenta como esa gran hoja de ruta europea hacia la economía circular. Presentado en marzo de 2020, esta iniciativa está orientada a la prevención y gestión de residuos en todos los ámbitos económicos.
Además, en lo que a los envases se refiere, este gran plan europeo se marca el objetivo de garantizar que todos los embalajes presentes en el mercado de la UE sean económicamente reutilizables o reciclables para 2030.
Directivas europeas relacionadas con la normativa de envasado de alimentos
Europa acompaña a esta gran hoja de ruta de carácter general con una serie de Directivas específicas que aterrizan sus directrices en mandatos concretos.
Una de ellas es la Directiva (UE) 2019/904 Del Parlamento Europeo y del Consejo de 5 de junio de 2019, conocida como Directiva SUP (Single Use Plastic), cuyo objetivo es la reducción de la contaminación que causan determinados residuos plásticos en el medio ambiente.
Se trata de una Directiva que ha originado no poca controversia por la inseguridad jurídica que, según alertan representantes del sector del plástico, provocó su entrada en vigor, el pasado 3 de julio de 2021, sin que aún hubiera en España una ley vigente que la incorporara a nuestro ordenamiento jurídico de manera firme.
Además, desde la industria se contesta la ‘persecución’ que esta directiva hace a determinados tipos de envases, como a los productos de plástico de un solo uso: vasos para bebidas y sus tapas o tapones, y recipientes para alimentos, como cajas (con o sin tapa) que estén destinadas al consumo inmediato in situ o para llevar, o que se consuman en el propio recipiente y sin preparación posterior–.
Otra de las directivas comunitarias con implicaciones en la normativa de envasado de alimentos es la 2018/852 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, que modifica la Directiva 94/62/CE relativa a los envases y residuos de envases. Su objetivo es armonizar las medidas nacionales sobre la gestión de envases y residuos para prevenir o reducir su impacto sobre el medio ambiente de todos los Estados miembros.
El texto insta a los países a mejorar la gestión de residuos en el seno de la Unión Europea de cara a proteger, preservar y mejorar la calidad del medio ambiente, proteger la salud humana y garantizar la utilización prudente, eficiente y racional de los recursos naturales. Además, la norma amplía los objetivos de valorización y reciclado de los envases y residuos de envases establecidos en la anterior Directiva.
La Directiva desglosa una serie de medidas y objetivos de prevención, reutilización, valorización y reciclado en materia de envases que los distintos países miembros deben trasponer a sus respectivas legislaciones nacionales. Entre ellas, programas nacionales e incentivos a través de regímenes de responsabilidad ampliada del productor para reducir al mínimo el impacto medioambiental de los envases (prevención), medidas destinadas incrementar la proporción de envases reutilizables comercializados (reutilización) o medidas destinadas a que los países miembros alcancen determinados objetivos de valorización y reciclaje de envases en sus respectivos países antes de determinadas fechas límite (valorización y reciclaje).
Una cuestión en la que las diferentes regulaciones insisten –porque, de hecho, resulta complicado conjugarlas– es la necesidad de que los objetivos ambientales no choquen con otros requerimientos esenciales en materia de envases. La propia Directiva 94/62/CE lo recuerda al especificar que sus normas “se aplicarán sin perjuicio de los actuales requisitos de calidad para los envases, tales como los relativos a la seguridad, protección de la salud e higiene de los productos envasados y sin perjuicio de los requisitos de transporte vigentes y de lo dispuesto en la Directiva 91/689/CEE”, otra de las normas europeas con ramificaciones de embalaje.
Normativa de envasado de alimentos en España
En España los objetivos y directrices europeos en cuanto a normativa de envasado de alimentos han sido recogidos en distintas leyes nacionales. Dos de las más importantes se encuentran actualmente en proceso de tramitación y ambas deberían entrar en vigor a lo largo de este 2022: la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular y el Real Decreto Ley de Envases.
Sin duda, una de las grandes novedades legislativas, no ya del ámbito envases, sino de toda la legislatura, es la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, que tras ser aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado 23 de diciembre, fue remitida al Senado en lo que es la recta final de su tramitación parlamentaria.
El texto abarca de una manera muy extensa distintos aspectos vinculados a la gestión de residuos. Entre las novedades introducidas, se establece un calendario de implantación de nuevas recogidas separadas de residuos para su valorización, además de la ya existente para el papel, los metales, el plástico y el vidrio.
La norma incluye numerosos aspectos particulares derivados de los envases, como mecanismos para reducir el consumo de los mismos. Entre ellos, la obligatoriedad de que en los establecimientos de hostelería y restauración se ofrezca a los clientes la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita.
La futura ley marca objetivos de reducción de productos de plásticos de un solo uso, entre ellos, los vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los recipientes alimentarios destinados al consumo inmediato, siguiendo la Directiva SUP. En concreto, los objetivos de reducción marcados para estos productos son del 50% en 2026 y del 70% para 2030, respecto a los niveles de 2022 en ambos casos. Para ello, el texto legal insta a fomentar el uso de alternativas reutilizables o de otros materiales no plásticos. Además, desde el 1 de enero de 2023 queda prohibida su distribución gratuita y deberá cobrarse un precio por cada uno de los productos de plástico que se entreguen al consumidor.
Una de los puntos más controvertidos de la Ley está en la introducción de medidas fiscales que gravan el uso de estos productos, como la imposición de un impuesto sobre envases de plástico no reutilizables a un tipo impositivo de 0,45 euros por cada kilogramo de envase. Además, también se abre la puerta a revisar distintos aspectos de la responsabilidad ampliada del productor del residuo.
Normativa de envasado de alimentos: la ley de envases
La otra gran norma nacional específicamente redactada para regular los envases es el Proyecto de Real Decreto de Envases y Residuos de Envases. Este Decreto viene a sustituir a la anterior norma, vigente desde hace 20 años, y recoge los objetivos de reducción incluidos en la Estrategia Española de Economía Circular.
Entre ellos destacan la reducción del 50% de botellas para bebidas de plástico de un solo uso, la obtención de envases 100% reutilizables, la venta de frutas y verduras frescas sin envase de plástico o el fomento de la venta a granel de productos frescos.
También se fijan objetivos de reutilización para envases de bebidas en el canal HORECA y en el canal doméstico. Asimismo, se aumentan las obligaciones y costes asociados a la aplicación de la RAP (Responsabilidad Ampliada del Productor) a los envases comerciales e industriales.
Un apartado destacado de la norma hace referencia al etiquetado: se establece la obligatoriedad de marcado de los envases domésticos, indicando el material del que está compuesto, así como su reciclabilidad y el contenedor donde debe depositarse.
Normativa de envasado de alimentos: etiquetado
El etiquetado es, de hecho, otro elemento esencial de los envases, ya que es el responsable de proporcionar información fiable y pertinente al consumidor acerca del producto que está adquiriendo. El etiquetado de alimentos debe incluir elementos como la denominación legal del alimento, la lista de ingredientes, los alérgenos, la fecha de duración o de caducidad, las condiciones de conservación y/o de utilización, la información de contacto de la empresa alimentaria, el lugar de procedencia, el modo de empleo, el volumen de alcohol (en bebidas con más del 1,2%) y la información nutricional.
El etiquetado está regulado por el Reglamento (UE) nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. El propósito de este Reglamento es que exista un alto nivel de protección de la salud de los consumidores y garantizar su derecho a la información para que puedan tomar decisiones de consumo informadas. El objetivo es encaminarlo hacia un etiquetado inteligente.
Normativa de envasado de alimentos: materiales
Un aspecto de singular importancia dentro del marco legal que rige la normativa de envasado de alimentos y que cuenta con profusa legislación específica es el que regula los materiales de fabricación de estos envases, ya que estos entran en contacto directo con los alimentos y pueden influir en su conservación y protección.
Las principales normas que regulan este aspecto son:
- El Reglamento (CE) 1935/2004 sobre los materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos.
- El Reglamento (CE) 2023/2006 sobre buenas prácticas de fabricación de materiales y objetos destinados a entrar en contacto con alimentos.
- El Reglamento (CE) 450/2009 sobre materiales y envases activos e inteligentes destinados a entrar en contacto con alimentos.
- Además, algunos materiales disponen de legislación armonizada específica que define los requisitos especiales de los mismos:
- Reglamento (UE) 10/2011 sobre materiales y objetos plásticos destinados a entrar en contacto con alimentos.
- Reglamento (CE) 450/2009 sobre materiales y objetos activos e inteligentes destinados a entrar en contacto con alimentos.