En enero de 2009 entró en vigor el reglamento 1272/2008 sobre la clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas. Con esta legislación, la Unión Europea asumió el Sistema Globalmente Armonizado de clasificación y etiquetado de productos químicos (SGA) de Naciones Unidas. Con estos criterios armonizados se consiguió, tanto clasificar las sustancias químicas por el peligro que entrañan, como etiquetarlas mediante declaraciones y pictogramas de peligro normalizados y unificados a nivel internacional, de esta forma nació la Normativa de etiquetado en los productos de limpieza.
Desde 2018 las empresas españolas fabricantes de productos de limpieza deben tener implementadas las características de estos envases conforme a la nueva clasificación.
Esta regulación buscaba que la etiqueta de los productos ofreciese información a los consumidores de su potencial impacto tanto en las personas como en el entorno.
Cambios en la Normativa de etiquetado en los productos de limpieza
Este sistema de etiquetado informa a los usuarios de este tipo de productos sobre su impacto potencial en las personas y en el medioambiente:
Atención
Representado con un rombo rojo mostrando en el centro un signo de admiración de cierre. La aparición de este símbolo avisa a los consumidores del riesgo que implica para la salud. Puede desencadenar una toxicidad aguda, entre otros efectos, que produce irritación en las mucosas, ojos, piel e incluso mareos.
Corrosivo
Aparece representado dentro de un rombo rojo en el que se incluyen dos probetas vertiendo su contenido en una mano y una superficie plana. Aporta la información de peligro e indica que el contenido del producto puede ser corrosivo para la piel o provocar lesiones graves en los ojos.
Muy nocivo
Nuevamente se utiliza un rombo rojo en cuyo interior aparece un busto con una estrella de seis puntos. Este símbolo indica que el producto puede entrañar un daño serio o peligro crónico para la salud. Podría ser mortal en caso de ser ingerido o inhalado. También puede provocar mutaciones en el cuerpo, como el cáncer, afectar a la fertilidad u ocasionar daños en un feto.
Mortal
Una calavera dentro de un rombo rojo alerta de la extremada peligrosidad del producto. Esta señal indica una toxicidad aguda del producto cuyas consecuencias son potencialmente letales. Algunos de los efectos en el organismo que provoca su ingestión o absorción cutánea son náuseas, vómitos, dolores de cabeza, pérdidas de conocimiento o la muerte.
Presurizados
Se representa con una botella dentro del rombo rojo e indica que la presencia de gas a presión en el producto. Esto conlleva un peligro de explosión en caso de calentamiento. También sirven para los gases refrigerados puesto que pueden provocar quemaduras criogénicas. En todo caso el producto debe mantenerse alejado de fuentes de calor.
Inflamable
En ella figura una llama dentro del rombo rojo. Esta etiqueta debe ser incluida obligatoriamente en los productos que puedan arder o provocar un incendio. Por este motivo deben mantenerse alejados de las fuentes de calor.
Comburente
Una bola envuelta en llamas en el interior de un rombo rojo informa de la peligrosidad del producto frente al calor. En este caso se hace referencia a productos que pueden llegar acelerar o agravar una explosión o incendio por lo que deben mantenerse lejos de los inflamables.
Explosivo
El riesgo de que el producto estalle es representado por una esfera explosionando. Debe incluir esta etiqueta todas aquellas sustancias que pueden llegar a explotar en caso de rozamiento o choque con otros productos o si son sometidas a fuentes de calor.
Tóxico para el medio ambiente
Aparece representado con el dibujo de un árbol y un pez saltando en el agua con el que se pone de manifiesto la peligrosidad duradera del producto para el medioambiente. Por este motivo se incluyen pautas de uso del producto, así como del manejo de sus restos.
Exigencias de Normativa de etiquetado en los productos de limpieza
Además de los cambios en los símbolos -que deben mostrarse en las etiquetas- la normativa incluyó otras exigencias. Dentro de ellas se encuentran: el nombre, la dirección y el número de teléfono del proveedor o proveedores.
También debe figurar la cantidad nominal de la sustancia o mezcla contenida en el envase, salvo que esté indicado en otro lugar. Por otro lado, deberán aparecer los identificadores del producto, así como determinados datos relacionados con su clasificación; además del pictograma, como puede ser palabras de advertencia como “peligro” o “atención”.
A todos estos datos hay que añadir la información suplementaria obligatoria, que dependerá de la regulación específica de cada tipo de producto. Así, por ejemplo, el reglamento europeo sobre detergentes establece que en este apartado se debe ofrecer información sobre el contenido de los componentes, la dirección de una página web en la que pueda consultarse la lista de ingredientes o las cantidades recomendadas, así como las instrucciones de dosificación. En el caso de la legislación nacional, se exige que se incluyan frases de prevención, así como el número de teléfono de toxicología.
Otro de los elementos que deben añadir son las indicaciones de peligro. Son frases que describen el tipo de peligro y su grado, cuando proceda, en función del tipo de producto de que se trate.
Por último, las etiquetas de los productos de limpieza también deben incluir consejos de prudencia. En este caso son frases, que pueden ir acompañadas de pictogramas, en los que se detallan medidas recomendadas que se deberían tener en cuenta para prevenir o disminuir los efectos adversos provocados por la exposición a un producto peligroso o por la manipulación o almacenamiento de un producto de riesgo. La elección de los datos que se incluyen al respecto corresponde al responsable de las etiquetas o a la autoridad competente.