El 39,6% de todo el plástico utilizado en Europa se destina al sector del envase y el embalaje. Es una de las principales conclusiones del informe ‘Plastics – The Facts 2020’, elaborado por PlasticEurope. Desde diversas legislaciones, como el Plan de Acción para la Economía Circular y la Directiva 2018/852, se incide en la necesidad de reducir estos residuos. En concreto, el Plan de Acción para la Economía Circular establece un mínimo de reutilización del 55% para 2030 y un reciclado de a menos un 70% del peso de todos los residuos de envase.

 

En ese contexto regulatorio se impone la adopción de medidas enmarcadas en la economía circular que deriven en un aumento significativo de la cantidad de plásticos reciclados y reutilizables a nivel global, así como de soluciones de ecodiseño que ayuden a la reducción del contenido en plástico por unidad de envase.

 

Entre los aspectos positivos de este material, destacan su durabilidad, su bajo coste y su gran resistencia en relación a su peso, entre otros. Sin embargo, también presentan algunos inconvenientes y limitaciones centrados en la cantidad de residuos que genera su utilización provocadas básicamente por la presencia de contaminantes procedentes de las distintas etapas del uso de los envases y de la degradación originada en el procesado previo.

 

Para dar respuesta a este problema, desde la industria se han puesto en marcha distintas líneas de investigación para la utilización de  aditivos que mejoren las propiedades de las matrices poliméricas, especialmente las recicladas, y permitan que envases y embalajes posean unas propiedades adecuadas:

 

Fuente: www.interempresas.net