El 2020 no ha sido ni mucho menos un año de barbecho para el mundo de los envases. De hecho, se podría decir que los ciudadanos han consumido (y reciclado) más que nunca como consecuencia de la pandemia y el confinamiento. Sin embargo, a nivel de la industria del envasado las cosas han circulado a una velocidad diferente. Tendencias como la llegada masiva de los envases reutilizables han tenido que ser aparcadas en un cajón. Eso sí, sin la llave echada, para poder abordarlos de nuevo en cuanto la situación sanitaria lo permita.
Se dará así cumplimiento a la nueva legislación europea, que demanda a los países miembros un esfuerzo circular en forma de un mayor uso de materiales reciclados, especialmente en los sectores del plástico o el cartón complejo. Las urgencias europeas por un lado, y las oportunidades para proyectos alineados con esas prioridades comunitarias que suponen los Fondos Europeos de Recuperación Next Generation, parecen terreno abonado para avanzar en la investigación en este campo.
Otros proyectos que ocupan y preocupan a la industria del packaging en estos momentos son alcanzar la neutralidad en carbono, la reordenación del mapa sectorial tras las últimas fusiones y adquisiciones o el desarrollo de tecnologías disruptivas como el reciclado químico o la fabricación de envases fabricados a partir de residuos encontrados en el mar.
Fuente: Alimarket