Reflexiones sobre la nueva Ley de Residuos y suelos contaminados

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Próximos a que la legislación vea la luz, el Laboratorio de Ideas sobre Residuos (LIR) analiza a fondo los puntos fuertes y débiles del documento aprobado por el Consejo de Ministros.

La gestión de los residuos es uno de los retos más complicados a los que nos enfrentamos como sociedad. Tan solo en España se generan 135 millones de toneladas de residuos al año y, de ellas, menos de la mitad se reciclan. Con miras a resolver o, al menos, mejorar esta situación ha nacido el anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, cuya medida estrella aborda la problemática de los residuos plásticos de un solo uso, prohibiendo la venta de pajitas, cubiertos y otros productos de plástico. Sin embargo, como cualquier marco legislativo, este también abre un espacio a la reflexión que toma el Laboratorio de ideas sobre residuos.

 

Desde el punto de vista de sus expertos, un aspecto positivo de la ley es que estandarizará conceptos que resultaban confusos, como el de ‘residuos alimentarios’. Desde LIR también aplauden que economía y medio ambiente se den la mano: «El texto propone la economía circular como eje para facilitar el ecodiseño, con el objetivo de reducir la generación de residuos y aumentar la reutilización». Además, valoran positivamente «la incorporación de aspectos impositivos de fiscalidad ambiental en relación al vertido y la incineración de residuos», aunque consideran que podrían haberse añadido también incentivos al reciclaje de cara a promover un mercado interno de materias primas secundarias.

 

Sin embargo, LIR critica que el anteproyecto no cumpla con una de las demandas más históricas: aligerar las cargas burocráticas a las que se enfrentan las empresas. «También preocupa que siga existiendo discriminación o competencia desleal de las entidades locales con respecto al resto de gestores privados», explican.

 

Fuente: Laboratorio de ideas sobre residuos

 

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