En el proceso por medio del cual un producto es concebido, fabricado, distribuido, almacenado, comercializado y entregado al consumidor no interviene un único protagonista. Se trata, más bien, de un ejercicio coral en el que participan muchos actores, cada uno de los cuales desempeña un papel importante y único. Esas cadenas de suministro o cadenas de valor han ganado en importancia y complejidad a medida que los negocios se han ido sofisticando y digitalizando y, en consecuencia, se han ido diluyendo las fronteras. En ese proceso de adaptación a las nuevas circunstancias, la sostenibilidad es un factor clave que obliga a hacer un profundo ejercicio de reflexión: es hora de repensar la cadena de suministro.
Definición de cadena de suministro
Una definición canónica de cadena de suministro sería «el conjunto de actividades, instalaciones y medios necesarios para llevar a cabo el proceso de fabricación, distribución y venta de un producto». Desde un punto de vista más logístico, otra aproximación sería «el ciclo completo que recorre una mercancía, desde su etapa de preproducción, cuando aún solo existen las materias primas, hasta que ya es un producto manufacturado y listo para entregar al cliente final»-
El problema de las cadenas de suministro tradicionales es que fueron concebidas bajo estrictos parámetros de eficiencia y productividad porque esos eran los criterios prioritarios para las industrias en aquellos momentos (años 50-60 del siglo pasado). Y no es que eficiencia y productividad sean cuestiones desdeñables hoy en día para la producción de bienes y servicios, sino que han entrado en juego otros elementos igualmente importantes que con el anterior modelo quedaban excluidos. Esos elementos no son otros que los de la sostenibilidad ambiental y la responsabilidad social. Y es que los impactos de las cadenas de suministro en el medio ambiente y la sociedad pueden ser muy negativos si no se tienen en cuenta esas variables a la hora de su diseño.
Principios rectores de una cadena de suministro reimaginada
¿Cómo debería ser esa cadena de suministro reimaginada? Algunos de los elementos que debería incluir son:
● Sostenibilidad. El Pacto Mundial de Naciones Unidas define la sostenibilidad de la cadena de suministro como la «gestión de los impactos ambientales, sociales y económicos, y el fomento de las prácticas de buen gobierno, a lo largo del ciclo de vida de los bienes y servicios».
● Responsabilidad social. Una cadena de suministro también tiene una dimensión social que se manifiesta, por ejemplo, cuando se recurre a personal o empresas locales para realizar actividades de soporte a la actividad empresarial principal, o cuando se alcanzan acuerdos con administraciones o entidades del tercer sector para favorecer al entorno y a sus colectivos.
● Colaboración. Estas actuaciones necesitan estar perfectamente alineadas y en sintonía para que surtan efecto. La comunicación y las iniciativas que fomenten la colaboración entre los distintos eslabones de la cadena serán determinantes para su éxito
● Eficiencia. Que nadie se equivoque: el principio rector de toda cadena de suministro debe ser su eficiencia, y eso no ha cambiado con las nuevas coordenadas que marca la sostenibilidad. Cadena de suministro verde, sí. Cadena de suministro social, también. Pero no a costa de la pérdida de eficacia. Porque entonces perdería su sentido.
● Transparencia. En una cadena de suministro la información pasa por numerosos puntos y es fácil que en algún momento ésta se pierda. Por esa razón, es imprescindible establecer mecanismos que la hagan transparente y accesible para todos los agentes implicados en la misma. La transparencia en la cadena de suministro hace que esta sea más confiable, eficaz y competitiva.
Estrategias para repensar la cadena de suministro
Repensar la cadena de suministro supone, por tanto, incorporar esos factores de sostenibilidad ambiental y responsabilidad social a los ciclos productivos tomados en su totalidad. Pero, ¿cómo? Estas son algunas de las estrategias que pueden acercar ese objetivo.
● Análisis de la cadena de suministro. No conviene iniciar ningún viaje sin tener claro el punto de partida. Esta fase consiste en evaluar el desempeño actual de la cadena de suministro e identificar áreas de mejora dentro de la misma. Según las recomendaciones del Pacto Mundial, ese análisis incluye conocer a los proveedores de sus cadenas de suministro y evaluar su compromiso con la sostenibilidad.
● Diseño para la sostenibilidad. La cadena de suministro comienza desde antes incluso, de fabricar el producto, en los laboratorios y estudios en los que éste es concebido. Incorporar desde el origen conceptos de ecodiseño que ayuden a disminuir la huella ambiental de productos y envases durante todo el proceso, incluido su reciclaje una vez llegado el final de su vida útil, es una de las principales vías que tienen las compañías para hacer más sostenible su cadena de suministro.
● Abastecimiento responsable. Las compañías sostenibles trabajan con proveedores sostenibles que comparten sus valores y están alineados con su visión. Cada vez más grandes compañías exigen el cumplimiento de una serie de acreditaciones internacionales como la ISO 14001 de gestión ambiental a sus proveedores.
● Logística verde. La logística juega un papel determinante en la cadena de suministro. De hecho, el transporte de mercancías es una de las actividades que más emisiones produce. Implementar prácticas logísticas eficientes y respetuosas con el medio ambiente, como diseño de rutas optimizadas para reducir la cantidad de viajes, ecodiseño de envases para transportar mayor cantidad de producto por trayecto o el cambio de flotas de combustibles fósiles a vehículos eléctricos son algunas de las medidas que pueden facilitar el viraje hacia una logística verde.
● Tecnologías digitales. Utilizar tecnologías como blockchain, inteligencia artificial e Internet de las cosas para optimizar la cadena de suministro es otra tendencia en crecimiento. En ese sentido, los llamados almacenes inteligentes o sistemas robotizados dark warehouse permiten realizar las operaciones de almacenaje a oscuras, con el consiguiente ahorro energético.
Ejemplos de empresas líderes en repensar la cadena de suministro
Numerosas empresas ya han iniciado ese camino de repensar su cadena de suministro en clave de sostenibilidad. Estos son algunos ejemplos:
● Unilever. A través de su programa Clean Future, Unilever produce y envasa artículos de limpieza libres de combustibles fósiles. Además, ha implementado una red de abastecimiento sostenible que le permite tener una visión integral de los ecosistemas y recursos naturales implicados en su cadena de suministro.
● Colgate-Palmolive. La empresa ha puesto en marcha un plan para mejorar su cadena de suministro mediante una segmentación integral que le permite ganar agilidad a través de diseños modulares y nuevas tecnologías.
● PepsiCo. La compañía de refrescos apuesta por los principios de la agricultura regenerativa como vía para impulsar un suministro de alimentos más seguro y sostenible, para lo cual ha establecido numerosas asociaciones con productores locales. Además, con su práctica de ciencia de datos (Pepviz), ha desarrollado un conjunto de herramientas tecnológicas para apoyar a sus socios minoristas.
Oportunidades y desafíos de repensar la cadena de suministro.
Como todo cambio de calado –y el rediseño de una cadena de suministro completa lo es– hay oportunidades y desafíos que surgen por el camino a los que es necesario dar respuesta. Estos son algunos de los principales:
Oportunidades
● Reducción de costes. Repensar la cadena de suministro no implica únicamente incorporar cuestiones medioambientales o sociales a sus procesos. Supone optimizarlos a gran escala, lo que siempre comporta ahorros a medio y largo plazo.
● Mejora de la imagen corporativa. En un entorno social marcado por la sensibilización ciudadana con la sostenibilidad, una empresa que demuestra compromiso con las cuestiones asociadas a ésta mejora la percepción que proyecta hacia el exterior.
● Acceso a nuevos mercados. Del mismo modo, una revisión en profundidad de la cadena de suministro puede abrir interesantes oportunidades en mercados a los que antes no se tenía acceso.
● Cumplimiento de normativas ambientales y sociales. Con un contexto normativo cada vez más exigente y restrictivo, la revisión del ciclo productivo bajo parámetros sostenibles es un eficaz escudo frente a posibles sanciones y multas por incumplimientos de las leyes ambientales.
Desafíos
● Costes iniciales más elevados. Naturalmente, transformar una cadena de suministro implica unos costes iniciales altos, lo que sin duda supone una barrera de entrada para aquellas empresas que quieran acometerlos, especialmente para las pequeñas. Sin embargo, los beneficios a medio y largo plazo de esa inversión superan con creces el desembolso.
● Necesidad de innovación tecnológica. Modernizar la cadena de suministro implica apostar por la innovación. Pero se trata de una estrategia que siempre va a remar a favor de la empresa y que va a tener que hacer de todas formas si aspira a ser competitiva.
● Colaboración con diferentes actores. La transformación de la cadena de suministro implica salir de los entornos cerrados de las compañías y abrirse a colaborar con otros agentes. Es un cambio cultural y de mentalidad que a veces cuesta asumir a las empresas pero que resulta absolutamente imprescindible.
● Cambios en los hábitos de consumo. Rediseñar la cadena de suministro no es un proceso estático, sino vivo, dinámico, flexible y adaptativo que obliga a la empresa a permanecer atenta a elementos como las evoluciones tecnológicas o los cambios en los hábitos de los consumidores.
El futuro de la cadena de suministro reimaginada
¿Cuáles serán las próximas paradas en ese camino de reinvención? Estas son algunas de las tendencias que cabe esperar en el replanteamiento de la cadena de suministro:
● Economía circular. La cadena de suministro es, en esencia, un ciclo, el que conduce desde las primeras fases de la concepción y fabricación de un producto o servicio hasta las últimas, el fin de su vida útil y su disposición final. Pero basta unir esas dos fases para convertir ese proceso en un ciclo continuado.
Por medio de operaciones como la reutilización, el reciclaje o la logística inversa –reintroducción de productos usados en la cadena de suministro como materias primas recicladas o productos reutilizados–, la economía circular tiene mucho encaje en la nueva cadena de suministro como vía para optimizar recursos y disminuir el consumo de materias primas.
● La producción local. Apoyar la producción local y a los proveedores del entorno es otra forma de transformar la cadena de suministro bajo parámetros tanto sociales como de reducción de la huella de carbono asociadas la misma.
● Cadena de bloques. Una de las grandes dificultades de la cadena de suministro es que muchos de sus elementos actúan fuera del control de la empresa matriz. Tecnologías como el blockchain facilitan monitorizar todos los puntos de la cadena de suministro, incluidos los proveedores.
● La IA o el Internet de las Cosas (IoT) están entrando en los procesos de la cadena de suministro para automatizar procesos, anticipar escenarios y mejorar las prestaciones de todas las fases de producción. Y es que el papel de la tecnología en la optimización de la eficiencia, la sostenibilidad y la transparencia de la cadena de suministro va a ser determinante en los años venideros.
Importancia de las políticas públicas y la cooperación
Repensar una cadena de suministro obliga a pensar más allá de las fronteras de una empresa, e incluso de las de sus proveedores directos. Requiere una mente abierta, generosa y con ambiciones globales. De ahí la importancia de la colaboración público-privada y la búsqueda de sinergias e intercambio de conocimientos y mejores prácticas para su evolución.
Conclusión
En definitiva, repensar la cadena de suministro es un proceso continuo que exige compromiso y una firme apuesta por la innovación y la colaboración de todas las partes interesadas. Una cadena de suministro que sea capaz de sumar sostenibilidad, compromiso ambiental y responsabilidad social a los irrenunciables parámetros de eficiencia y coordinación que siempre han de regir su razón de ser es la única respuesta consecuente con los nuevos desafíos a los que se enfrentan las empresas.