La responsabilidad ampliada del productor. Normativa para empresas

“Quien contamina paga”. Este sencillo principio, enunciado por la Unión Europea dentro de sus políticas medioambientales, es la base en la que se sustenta un complejo sistema de recogida y tratamientos de residuos que se extiende por toda Europa, aunque en cada país se aplica de diferente manera. Se trata de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), una figura cuyo objetivo es ayudar a minimizar los efectos que las actividades comerciales e industriales producen en el medioambiente a través de una correcta gestión de los residuos. Y, eso sí, sin que el coste de esa gestión repercuta en las Administraciones ni en los ciudadanos que no consumen el producto.

 

La Responsabilidad Ampliada del Productor, a examen

 

Qué es la Responsabilidad Ampliada del Productor

 

Mediante la RAP se traspasa a los fabricantes el coste de la recolección y tratamiento de los residuos que generarán los productos que ponen en el mercado. El artículo 8.1 de la Directiva Marco de Residuos europea señala que las medidas de Responsabilidad Ampliada del Productor para mejorar la reutilización, la prevención, el reciclaje y la valorización, pueden incluir:

 

  • Diseñar productos con el menor impacto ambiental y generación de residuos posible, tanto durante su fabricación como en su uso posterior.
  • Procurar que esos productos sean más duraderos y tengan usos diversos.
  • Asegurarse de que esos productos y sus residuos puedan ser identificados y preparados para su reutilización o reciclaje.
  • Reducir la contaminación de los productos durante todo su ciclo de vida.
  • Hacerse cargo de la gestión de los residuos a través de la aceptación de la devolución de productos reutilizables.
  • Responsabilizarse total o parcialmente del sistema de gestión de los residuos.
  • Utilizar materiales reciclados en la fabricación de nuevos productos.
  • Realizar análisis e informar sobre sus residuos y su gestión.
  • Informar con transparencia sobre los costes aparejados al cumplimiento de la Responsabilidad Ampliada del Productor.

 

Responsabilidad Ampliada del Productor: individual o colectiva

 

Los fabricantes pueden cumplir con sus obligaciones derivadas de la Responsabilidad Ampliada del Productor de forma individual o colectiva. Por un lado, los sistemas individuales de Responsabilidad Ampliada del Productor consisten en procedimientos y sistemas de calidad que son implantados en el seno de cada una de las empresas para gestionar y optimizar internamente la gestión sus propios residuos.

 

Por otro lado, más extendidos y sistematizados están los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), a través de los que las empresas se unen para ofrecer una respuesta colectiva a sus obligaciones derivadas de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP). En estas soluciones colectivas las empresas no gestionan directamente sus residuos, sino que ceden esa gestión a un tercer organismo. Para ello, se adhiere a un sistema estandarizado del tipo de residuo que es gestionado por una entidad sin ánimo de lucro especializada en esas funciones.

 

 ¿Qué es un Sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor?

 

Un sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor es una política colectiva mediante la cual las empresas hacen frente de forma conjunta y unificada a sus responsabilidades en cuanto a la gestión de los residuos que producen como resultado de sus actividades. Estos sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor establecen un conjunto de procesos que contribuyen a la creación y mantenimiento de una red de relaciones operativas y económicas entre agentes públicos y privados, y sobre ella se articula un modelo de gestión de residuos.

 

Mediante un sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor, las empresas no gestionan sus residuos directamente, sino que delegan esta responsabilidad en una entidad independiente para que se encargue de coordinar e implementar todo el proceso. En España, la ley establece que estos organismos sean entidades sin ánimo de lucro. Así, las empresas se adhieren voluntariamente a estos sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor y se encargan de financiarlos mediante sus aportaciones a este tercer organismo, el cual las reinvierte en financiar todo el proceso.

 

Cada tipo de flujo de residuos tiene su propio sistema colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor. En el caso de los residuos de envases domésticos, este es gestionado por Ecoembes. Otros sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor son Ecovidrio (envases de vidrio), Sigfito (Envases de productos agrarios y fertilizantes) o Sigre (Envases de medicamentos y medicamentos caducados).

 

¿Qué es SCRAP?

 

SCRAP son las siglas con las que se hace referencia a un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor. Ecoembes es un SCRAP.

 

¿Cuál es la función principal de un productor?

 

Productor es todo aquel que fabrica y pone en el mercado un producto de consumo terminado. Una de las responsabilidades derivadas de esta actividad es asumir la responsabilidad financiera y/u organizativa de la gestión de los residuos que puedan generar sus productos, incluidas las operaciones de recogida separada, clasificación y tratamiento vinculadas a su actividad. Esta obligación está recogida en la figura de la Responsabilidad Ampliada del Productor, que abarca también la responsabilidad de contribuir a prevenir los residuos y a que se puedan reutilizar y reciclar.

 

Hasta hace unos meses esta obligación incluía únicamente a aparatos electrónicos y electrónicos, pilas y acumuladores, vehículos, envases, neumáticos y aceites minerales. Sin embargo, la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular (LRSC), en vigor desde el pasado 10 de abril, ha ampliado la esta responsabilidad financiera y organizativa de la gestión de sus residuos a otro tipología de productos como son los textiles, los muebles y enseres o plásticos de uso agrario. 2025 es el plazo que la nueva norma otorga a estos productos para desarrollar y aprobar estos nuevos sistemas. La ley abre también la posibilidad de incluir en la normativa futura de responsabilidad ampliada del productor a las cápsulas monodosis de café.

 

¿Qué es un productor de producto?

 

El Real Decreto 1055/2022, de 27 de diciembre, de envases y residuos de envases, en su Capítulo I, Título I, Artículo II, ofrece la siguiente definición de productor de producto:

 

  • Productor de producto: “Los envasadores o los agentes económicos dedicados a la importación o adquisición en otros Estados miembros de la Unión Europea de productos envasados para su puesta en el mercado”.

 

“Cuando, en los productos envasados puestos en el mercado mediante marcas de distribución, no se identifique al productor de producto, ejercerá como tal el titular de la marca de distribución con sede en España bajo la cual se comercialice el producto”.

 

“De igual forma, en el caso de aquellos productos envasados por encargo de un tercero que actúa como responsable de su puesta en el mercado, ejercerá este último como productor de producto”.

 

“Cuando a través de las plataformas de comercio electrónico se introduzcan en el mercado productos envasados procedentes de fuera de España y el productor no haya designado representante autorizado de conformidad con lo dispuesto en el artículo 17.2, dicha plataforma actuará, subsidiariamente, como productor de producto a efectos de las obligaciones financieras y de información, así como organizativas cuando proceda, reguladas en este real decreto, respecto de esos envases”.

 

En el mismo artículo, también se ofrecen definiciones de otros conceptos relacionados como:

 

  • Fabricantes de envases: “Los agentes económicos dedicados tanto a la fabricación de envases como a la importación o adquisición en otros Estados miembros de la Unión Europea, de envases vacíos ya fabricados”.

 

  • Envasador: “Los agentes económicos dedicados al envasado de productos para su puesta en el mercado. En el caso de los envases de servicio, se considerará envasador al titular del comercio que suministre o entregue dichos envases al consumidor o usuario final. En el caso de los envases empleados en las ventas a distancia, tendrá la consideración de envasador el titular del comercio responsable de la venta, respecto de esos envases”.

 

Cómo se paga la Responsabilidad Ampliada del Productor

 

Son las empresas quienes sufragan el sistema mediante el pago de una tasa a la entidad gestora para que esta se encargue de organizar la recogida y el tratamiento de los residuos generados por los productos de las empresas. Cada empresa paga en función de la cantidad de residuos que genera, para lo cual, por ejemplo, en el caso de los envases, debe hacer una declaración de envases ante la entidad gestora del número de envases que pone en el mercado.

 

Por su parte, la entidad encargada de gestionar el Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor emplea ese dinero para llegar a acuerdos con entidades públicas y privadas para que se hagan cargo de las labores de recogida y el posterior tratamiento de los residuos gestionados.

 

Un ejemplo de Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor es el operado por Ecoembes, que se encarga de la gestión de los residuos de envases y embalajes domésticos ligeros en España por medio de los Sistemas Integrados de Gestión (SIG). A través de este sistema, todo productor que pone productos envasados en el mercado debe pagar una tasa de gestión a Ecoembes, llamada “punto verde”, por su recogida y tratamiento. En esta línea, Ecoembes llega a acuerdos con ayuntamientos para que sean los servicios municipales quienes se encarguen de la recogida de los residuos en los puntos de recepción (contenedores azules y amarillos) a cambio de una recepción económica, tal como establece la Ley.

 

En la actualidad. Ecoembes mantiene acuerdos con más de 8.000 ayuntamientos de toda España, que recogen los residuos depositados en los más de 229.000 contenedores azules y más de 388.000 amarillos, que posteriormente son trasladados a plantas de selección para ser separados por materiales y tratados para su reciclaje.

 

Regulación de la Responsabilidad Ampliada del Productor

 

La Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados dedicaba un título a la “Responsabilidad Ampliada del Productor del producto”, estableciendo por primera vez un marco legal sistematizado y coherente para que los productores estuvieran involucrados en la prevención y en la organización de la gestión.

 

La normativa incluía las obligaciones a las que están sujetos los productores según cada tipo de residuo, obligaciones que hacen referencia, entre otros aspectos, a la financiación de su gestión, al cumplimiento de determinados objetivos o a la modalidad de cumplimiento. También establecía que la Responsabilidad Ampliada del Productor obliga a aparatos electrónicos y electrónicos, pilas y acumuladores, vehículos, envases, neumáticos y aceites minerales.

 

Esta legislación, no obstante, acaba de ser reemplazada por la aprobación definitiva, el pasado 31 de marzo, por el Congreso de los Diputados de la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, tras votar las enmiendas propuestas por el Senado. De esta forma, España cuenta con un nuevo marco necesario y ambicioso derivado de la transposición de directivas europeas para la aplicación de nuevas obligaciones para los envases y residuos de envases en el ámbito de la economía circular y la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP).

 

La Responsabilidad Ampliada del Productor, a examen

 

Novedades legislativas en la Responsabilidad Ampliada del Productor

 

La Ley de Residuos y Suelos Contaminados 7/2022  introduce una serie de novedades relevantes en relación a la Responsabilidad Ampliada del Productor. Las principales son:

 

  • Amplía el alcance de la Responsabilidad Ampliada del Productor a los envases industriales y comerciales antes del 31 de diciembre de 2024, y establece un nuevo modelo y marco jurídico para los sistemas colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor.
  • Amplía los costes de la Responsabilidad Ampliada del Productor.  Tanto la nueva Ley de Residuos como el Real Decreto 1055/2022 de Envases y Residuos de Envases establecen nuevas obligaciones para las empresas en el marco de la RAP, lo que se traduce en un aumento de los costes para las empresas.
  • Nuevas obligaciones informativas, financieras y operativas para la Responsabilidad Ampliada del Productor. El nuevo marco regulatorio plantea la necesidad de trabajar para garantizar la sostenibilidad del modelo del modelo de la Responsabilidad Ampliada del Productor. Con ello se busca garantizar la transparencia y la participación de los productores en la toma de decisiones de los sistemas colectivos y su régimen económico-financiero. Por ejemplo, a través de criterios de ecomodulación para determinar el importe de las cantidades que deben abonar los productores para financiar estos sistemas. También destaca la creación del Registro de Productores, a través del cual el Ministerio monitorizará los envases puestos en el mercado.

 

También destaca la creación del Registro de Productores. Se trata de un espacio habilitado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) en el que las empresas deben inscribirse y reportar la información de los envases que han puesto en el mercado -ya sean domésticos, domésticos, comerciales o industriales – durante el año anterior. Así pues, es un reporte adicional al que las empresas realizan a su SCRAP. El objetivo de este instrumento es que el MITERD pueda verificar que esos datos se corresponden con la realidad.

 

 

Los envases y la Responsabilidad Ampliada del Productor

 

El Real Decreto 1055/2022 de Envases y Residuos de Envases ha traído consigo novedades significativas respecto al sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor para el sector. Una de las principales es una nueva forma de calcular la contribución financiera al “punto verde”, a través de un nuevo sistema de eco modulación, con la que se trata de hacer el sistema más equitativo.

 

El objetivo de este sistema es ajustar la contribución financiera que las empresas realizan al SCRAP en función del comportamiento de los envases en el proceso de gestión. Las nuevas directrices de eco modulación se basan en un sistema de bonificaciones (por ejemplo, a la incorporación de plástico reciclado a la fabricación) o penalizaciones a determinados residuos. Esta eco modulación se realizará atendiendo a criterios de economía circular; es decir, que dichas contribuciones se ajustarán para cada producto o grupo de productos similares y teniendo en cuenta el ciclo de vida de los mismos. En esta línea, se valorarán factores como durabilidad, capacidad de reparación, reutilización y reciclaje o la presencia de sustancias peligrosas en los mismos.

 

Perseguir el fraude

 

Otro aspecto importante en relación a la Responsabilidad Ampliada del Productor es la persecución del fraude, de manera que no sean únicamente las empresas que cumplen con sus obligaciones legales quienes carguen con los costes de todo el sistema, sino que todas ellas contribuyan de manera solidaria y ajustada a su participación en el mismo.

 

El Proyecto del Real Decreto de Envases y Residuos de Envases establece la obligatoriedad para todos los fabricantes de aplicar la RAP.  Además, deberán inscribirse en un registro y remitir anualmente la información sobre los productos que hayan puesto en el mercado el año natural anterior. Con esta medida se persigue controlar el fraude de aquellos envasadores que no cumplen con sus obligaciones financieras.

 

Ecoembes contribuye a esta lucha contra el fraude a través de distintos mecanismos destinados, precisamente, a garantizar la transparencia del sistema y a denunciar posibles irregularidades. Entre las medidas que la entidad pone en marcha con este objetivo figuran la verificación periódica de los productos envasados en punto de venta, el análisis de bases de datos de empresas en sectores susceptibles de presentar mayor grado de infracción o el seguimiento de aquellas empresas que, por distintas razones, causan baja en el sistema. En caso de detectarse alguna irregularidad, la empresa responsable es denunciada a las autoridades que tengan en cada caso la competencia sancionadora. Además, Ecoembes insta a los ciudadanos a comunicarse con ellos de manera anónima en caso de detectar algún producto que no lleve el símbolo de punto verde en su envase, ya que este hecho puede indicar que no está cumpliendo con la Responsabilidad Ampliada del Productor.

 

Nuevas obligaciones RAP: los envases comerciales e industriales

 

El Real Decreto 1055/2022, en vigor desde el 29 de diciembre de 2022, establece nuevas responsabilidades para las empresas que ponen envases en el mercado.

 

De una parte, esta responsabilidad, que hasta ahora sólo aplicaba a envases domésticos, se extiende también a los envases comerciales e industriales con efecto desde el 1 de enero de 2025. De otra, se modifican los conceptos que las empresas deben financiar, con el objetivo de que cubran mayores costes del proceso de recogida, clasificación y tratamiento de los residuos de envases.

 

Respecto a los envases industriales y comerciales, la ley especifica unas obligaciones financieras, los envases industriales, son aquellos que “sin tener la consideración de domésticos, están destinados al uso y consumo propio del ejercicio de la actividad comercial, al por mayor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, de las oficinas y de los mercados, así como del resto del sector servicios”.

 

En términos prácticos, esta novedad supone que a partir de 2025 las empresas que pongan en el mercado español envases comerciales deberán responsabilizarse de la organización y financiación de la gestión de los residuos que estos generen. La principal diferencia respecto al sistema anterior es que ahora, esta responsabilidad recae sobre el poseedor final. Por ejemplo, un supermercado o un establecimiento de distribución que recibiera estos envases comerciales desde los envasadores.

 

Cuáles son las obligaciones financieras de las empresas que ponen envases en el mercado

 

Los SCRAP se financian de modo solidario y proporcional por parte de las empresas que ponen envases y productos en el mercado. Ahora, en virtud de la nueva normativa, además de mantener sus obligaciones de sufragar el control y gestión del sistema de recogida separada, y de las derivadas de los costes de acciones de comunicación y sensibilización, las empresas que ponen en el mercado envases domésticos ligeros deben hacerse cargo de los siguientes costes:

 

  • Coste total de la recogida separada. Hasta ahora las empresas financiaban únicamente el sobrecoste que suponía a las administraciones públicas la gestión separada de los residuos de envases, es decir, asumen el coste extra que representaba para los servicios municipales la recogida separada, el transporte, la selección y el tratamiento de estos residuos. Con la entrada en vigor del Real Decreto, las empresas deben financiar ahora el coste total que supone al ayuntamiento la gestión de estos residuos.

 

  • Recuperación de envases en la fracción resto y otros entornos. El Real Decreto también obliga a financiar la recogida y tratamiento de los residuos de envases recuperados de la fracción resto y la limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas y playas. El porcentaje de coste que asumirán las empresas por ese concepto varía entre un 50% y un 100% en función del grado de cumplimiento de objetivos de recogida separada.

 

Ejemplos Internacionales

 

La Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) es un concepto gestado en Europa, inspirado por ese principio de “quien contamina paga” y que los diferentes Estados miembros han ido incorporando sus legislaciones nacionales. Existe incluso una organización paneuropea destinada a agrupar las iniciativas en este sentido: EXPRA (Extended Producer Responsibility Alliance). No obstante, también es posible encontrar normas similares o que beben de las mismas fuentes fuera del Viejo Continente. Algunos ejemplos son:

 

  • Canadá. Existen diferentes programas asimilables al RAP en varias provincias del país, como, por ejemplo, en Quebec. Estas normas determinan que los productores financien y contribuyan a la gestión de los residuos que generan sus productos, principalmente a través de sistemas de depósito y devolución de envases.
  • Estados Unidos. La primera ley de RAP para envases en EE. UU. se estableció en Maine en 2021 con el objetivo de mejorar los programas de reciclaje municipales.
  • América Latina. Países como Colombia o Brasil han implementado programas RAP para la gestión de residuos sólidos o para envases y productos específicos.
  • En Japón o Corea del Sur se han logrado altas tasas de reciclaje gracias, entre otros factores, a que los fabricantes se responsabilizan de la gestión de sus residuos en productos como electrodomésticos o envases.

 

Impacto ambiental y social

 

La Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) tiene evidentes impactos positivos a nivel ambiental, al financiar estos sistemas la gestión de los residuos, fomentar el reciclaje de los mismos y reducir la contaminación ambiental. Pero también se puede hablar de esta figura como generadora de beneficios sociales. Además, los RAP actúan como un estímulo para la innovación en las empresas, que invierten en sistemas de producción más respetuosos con el medioambiente, lo que indirectamente también beneficia a las comunidades locales.

En ese sentido, un reciente estudio de la Universidad Estatal de Iowa, publicado en la revista Journal of Enviroment Management), repasa las políticas de Responsabilidad Ampliada del Productor en Europa, China, Canadá y Estados Unidos. El trabajo concluye que “mediante la adaptación de los actuales sistemas de recogida de residuos de flujo único a flujos clasificados por el consumidor, la adopción de un sistema nacional de depósito y devolución, y la aplicación de sistemas de RAP, las nuevas innovaciones pueden facilitar escenarios de fin de vida más sostenibles que aumenten las materias primas recicladas de alta calidad para envases en contacto con alimentos”.

 

 

Desafíos y limitaciones

 

Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la Responsabilidad Ampliada del Productor es la legislación. En primer lugar, porque, aunque todas las leyes europeas que la regulan parten de las mismas directrices europeas, cada país de la UE tiene libertad para trasponer esta figura a su ordenamiento de la manera que estime oportuna. Por otra parte, las frecuentes actualizaciones de las numerosas normas ambientales que rigen en el continente obligan a redefinir, ampliar o matizar el RAP cada cierto tiempo.

 

El nuevo Reglamento de Envases en el que está trabajando Europa también incorporará modificaciones a la actual legislación nacional. Entre los objetivos de este nuevo Reglamento, figuran prevenir la generación de los residuos de envases, impulsar el reciclado de alta calidad y crear un mercado para las materias primas secundarias. Entre las líneas fundamentales del texto figuran restricciones para determinadas sustancias presentes en los envases, la obligación de que todos los envases sean reciclables a partir de 2030, medidas para la reducción de los envases innecesarios o nuevos objetivos para 2030 y 2040 en relación con el contenido reciclado mínimo en los envases de plástico.

 

El texto, que fue adoptado por el Parlamento Europeo el pasado mes de abril, aún debe pasar por ese mismo trámite en Consejo de la UE para su entrada en vigor definitiva.

 

La voluntariedad de estos sistemas es otro motivo de debate constante, así como, desde un punto de vista financiero, los costes que, especialmente para las pequeñas empresas, supone formar parte del sistema. Finalmente, la lucha contra el fraude, para evitar que unos pocos paguen por todos, y fomentar el espíritu solidario que está en base del “quien contamina paga”, es otro de los caballos de batalla de cara los próximos años.

 

Innovación y Tecnología

 

Precisamente la innovación y la tecnología son dos de las principales herramientas con las que cuentan los gestores de Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor para superar estos desafíos. En ese sentido, los esfuerzos en ecodiseño disminuyen desde el origen los costes de la gestión de residuos, al facilitar su reciclaje y reutilización.

 

Participación ciudadana

 

La tecnología también puede estimular la participación ciudadana en la economía circular. Un ejemplo de ello es RECICLOS, el Sistema de Devolución y Recompensa de Ecoembes, diseñado a partir de tecnología móvil como reconocimiento de imágenes, app y códigos QR.

 

Y es que la implicación de la ciudadanía resulta clave para el éxito de la RAP. En ese sentido, la colaboración público-privada a través de campañas de concienciación, talleres educativos en materia de sostenibilidad o programas de reciclaje comunitario son una excelente forma de crear un sentido de comunidad, objetivo compartido y corresponsabilidad ciudadana en torno al reciclaje.

 

 

 

Otras noticias que pueden interesarte