Envases ligeros: a la cabeza del reciclaje en España

Los envases ligeros son la demostración de la creciente implicación de la ciudadanía a la hora de subirse al carro del reciclaje. Que el ciudadano separe estos envases ligeros en sus hogares y los lleve a los contenedores amarillos y azules acredita que los ciudadanos son cada vez más conscientes de la necesidad de proteger el medioambiente y de la importancia de adoptar unos buenos hábitos de reciclaje. 

Envases ligeros.  ¿Qué son?

 
Por envases ligeros entendemos aquellos que tienen una baja relación peso/volumen. En general, están constituidos por botellas y botes de plástico, plástico film, latas y briks, cartón para bebidas y otros envases mixtos. En términos de reciclaje, su destino es el contenedor amarillo; también para los briks, que, aunque están hechos mayoritariamente de cartón, contienen plástico y aluminio, por lo que deben ser depositados en el contenedor amarillo.
 
Según se recoge en la página web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), la principal característica de este tipo de envases es que están compuestos de materiales con un peso reducido en relación al volumen que ocupan, por lo que su densidad es baja (entre 25 y 28 kg/m3). Por esta razón, la capacidad de recepción y la frecuencia de su recogida suele ser elevada respecto al resto de fracciones (papel, cartón y vidrio). Se trata de un residuo compactable, pero sólo hasta cierto punto ya que existen ciertas limitaciones atendiendo a las condiciones marcadas por Ecoembes y a los procesos de separación en planta. 
 
También atendiendo a la clasificación de MITECO, estos envases ligeros se generan en:

  • Domicilios particulares a través de empaques de alimentos y bebidas, productos de higiene personal y del hogar.
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  • Actividades comerciales en envases para bebidas, alimentos en el sector de la hostelería y la restauración, además de plásticos fabricados para la distribución de productos.
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  • Eventos y fiestas en los que se utilicen envases especialmente diseñados para ellos, vinculados a bebidas y alimentos.

 
Los envases ligeros constituyen un número importante de los residuos de envases que se generan, por lo que la conciencia social y su sensibilización en cuanto al cuidado del medioambiente es un pilar central para avanzar en la gestión del reciclaje. Para ello, es importante que ciudadanos y empresas entiendan que el residuo es un recurso digno de ser reutilizado. Según el estudio ‘Hábitos de la Población Española ante el reciclaje’ presentado en 2022 y realizado por Instituto Catchment para Ecoembes, 4 de cada 5 ciudadanos, es decir el 82,9% de los encuestados, declaran tener, de media, 3 cubos, bolsas o espacios en casa para reciclar, destinando uno de ellos a los envases de plástico, metal y briks, los que van al contenedor amarillo. Esta cifra no ha dejado de crecer en los últimos años: en 2015, eran un 72,5% los que afirmaban reciclar a diario.

 

Envases ligeros: a la cabeza del reciclaje en España

 

Tipos de envases ligeros

 
En función de los materiales de los que están fabricados y de cómo es su posterior reciclaje existen tres grupos de envases ligeros.

 

  • Envases de plástico: son los que mayores retos plantean a la hora de reciclarlos debido a la gran variedad de plásticos empleados en la fabricación de gran diversidad de tipos de envases.
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  • Envases metálicos: en este grupo se encuentran las latas férricas o de latón y las de aluminio que normalmente contienen productos alimentarios. Se incluyen también los aerosoles.
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  • Envases mixtos: briks o cartón. En su mayoría están compuestos por cartón y otras capas minoritarias de plástico y/o aluminio, y se destinan mayoritariamente a contener productos líquidos o semilíquidos.

 

Otros tipos de envases
 

A grandes rasgos, existen tres tipos de envases: 

Envase primario. Es el envase ligero, que está en contacto directo con su contenido, protegiéndolo y a disposición del usuario para el consumo doméstico del producto. Como, por ejemplo, botellas, bandejas, tarrinas, etc. 

Envase secundario. Se trata de un envase que contiene varias unidades del primario para facilitar su protección y traslado. Un ejemplo es la caja en la que se guardan los cereales, que a su vez se encuentran metidos en una bolsa de plástico (envase primario). Los envases secundarios ayudan al transporte y manipulación de los envases primarios. Muy a menudo se utiliza en cartón con un alto contenido en material reciclado. 

Envase terciario. Se trata de un tipo de envase que contiene los envases secundarios y primarios. Algunos ejemplos de este envase son las cajas de gran tamaño que contienen grandes cantidades de productos, los palés, los contenedores, cantoneras, film transparente, etc. Su finalidad es la protección para evitar daños en su traslado y almacenamiento hasta que llegue al punto de venta. Es un factor importante en la cadena logística y deben seguir criterios lo más sostenibles posible.

 

¿Dónde se generan los envases ligeros? 

Este tipo de residuos de envases se generan mayoritariamente en el ámbito doméstico. Son fundamentalmente envases de alimentos y bebidas, a los que hay que añadir los derivados de productos de higiene personal y del hogar.
 
El sector de la hostelería y la restauración también utiliza un buen número de envases ligeros, como envases de plástico creados para la distribución de productos o los envases de alimentos y bebidas destinados a la celebración de fiestas y eventos. 

Además, también se generan residuos de envases ligeros en centros de ocio y de trabajo, aeropuertos, festivales, cruceros, cantinas de fábricas, universidades, estadios de fútbol, hospitales… 

La separación de los envases ligeros pasa necesariamente por la colaboración ciudadana. Si estos son debidamente depositados en los contenedores, se facilitan los posteriores pasos hacia el reciclaje. 


Gestión de los residuos de los envases ligeros

 
El grupo de residuos de envases ligeros domésticos es gestionado a través del Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) gestionado por Ecoembes.  Esta entidad se constituyó para ayudar a los fabricantes a cumplir con la responsabilidad establecida por la Ley 11/97 de Envases y Residuos de Envases, norma que establecía la obligatoriedad para estos de responsabilizarse de los residuos de envases que ponen en el mercado y financiar su recuperación. Los envases que pertenecen a este sistema deben incluir la etiqueta Punto Verde para identificarlos. 

Los residuos son transportados a las plantas de selección en las que se separan y fraccionan los residuos según el tipo de material. Tras una primera revisión manual en la que se eliminan residuos no idóneos y muy voluminosos, entra en juego la tecnología. Se hace una criba de las bolsas y envases sueltos, y una máquina separa los envases según su forma, peso y tamaño. Después, un separador magnético selecciona los envases metálicos. Por su parte, los envases PET, PEAD, brik, film y plástico mezcla son clasificados mediante un sistema de separadores ópticos. Tras ser prensados para facilitar su transporte a las plantas de reciclaje en balas, estos residuos podrán tener una segunda vida, en muchas ocasiones como materia prima para la fabricación de nuevos envases ligeros.

 

 


Los envases ligeros en cifras

 
El número de envases ligeros domésticos reciclados gestionados por Ecoembes ha crecido significativamente en nuestro país. En 2020, la tasa de reciclaje de estos envases ligeros alcanzó el 80,6%, lo que supone un incremento del 76% desde 1998. Además, según datos publicados por Ecoembes en su informe de 2021, en ese año, casi 1,5 millones de toneladas de envases ligeros fueron depositadas en los 388.174 contenedores amarillos que hay repartidos por la geografía española. 


Beneficios de los envases ligeros

 
El tratamiento y reciclaje de estos envases ligeros permite ahorrar en recursos naturales, en materias primas y en energía. El reciclaje de botellas y bolsas de plástico aminora el consumo de petróleo y reduce la cantidad de sustancias químicas tóxicas en el proceso del reciclaje. Por otra parte, con plásticos reciclados se pueden fabricar nuevos envases y otros productos como, por ejemplo, mesas, sillas o paneles. 

No obstante, para conseguir un correcto reciclaje de los envases ligeros de uso doméstico es imprescindible seguir las pautas marcadas sobre qué envases se deben depositar en el contenedor amarillo, descartando depositar en ellos otros productos hechos de estos materiales que no sean envases. Esto reduce sensiblemente la cantidad de impropios que hay que descartar en la planta de selección. 

Otras recomendaciones son que los envases que se llevan a los contenedores estén vacíos y, si es posible, plegados para que ocupen menos espacio. Se deben depositar separadamente los envases, las bolsas de plástico y los tapones, y hay que evitar introducir un envase dentro de otro. La entrega de los envases ligeros compactados facilita el proceso de recogida separada de envases, ya que ocupan menos espacio en el contenedor y permite la recogida de una mayor cantidad, con la consiguiente mejora de la eficiencia de la recogida. Con estas recomendaciones se facilita el tratamiento en las plantas de selección y su posterior reciclaje. 


Envases ligeros y ecodiseño

 
Desde 1999, Ecoembes ha ayudado a cerca de 2.200 empresas a desarrollar 54.546 medidas de ecodiseño. Estas medidas han permitido, entre otros aspectos, aligerar el peso de los envases ligeros en un 18% de media. 

En 2018, Ecoembes, en colaboración con Ihobe y el Gobierno Vasco, publicó una Guía de ecodiseño de envases y embalajes orientada especialmente a los envases ligeros domésticos. En la misma se consideraba el ecodiseño como una herramienta clave para el desarrollo sostenible de los envases ligeros. Desde la perspectiva de la economía circular, se ponía el foco en el ecodiseño para lograr una transición hacia ese nuevo modelo económico. 

Esta estrategia marca una nueva tendencia que indica que, junto a la reducción de costes materiales y energéticos, la sostenibilidad es y será una de las principales palancas de innovación y competitividad en la cadena de suministro de envases. Todo ello basándose en el llamado “pensamiento en ciclo de vida”: diseño y cometido, etapas como la extracción de materias primas y su transporte, los procesos de fabricación de envase y su llenado, las diferentes operaciones logísticas y distribución y, finalmente, el consumo del producto y la gestión de los residuos de envase. 

Además de beneficios para el medioambiente (reducción del consumo de materiales, agua, energía, vertidos y residuos), el ecodiseño de los envases ligeros presenta grandes oportunidades para la empresa, como la mejora de la ecoeficiencia, la incorporación de la sostenibilidad como un argumento de venta real o la promoción de la innovación, entre otros aspectos. 

 

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